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Yacyretá, la fuente inagotable
Aunque desde 1999 en Yacyretá no se ejecutó ninguna obra, el club de consultoras encargado de conducir el final de los trabajos cobró con puntualidad sus honorarios. En total fueron 32 millones de dólares. A razón de 650.000 dólares mensuales, tal cual lo especifica el contrato que une a ese pool de consultoras con la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Equivale a la cuarta parte de las ventas de energía de la represa. Esta singularidad fue uno de los principales motivos que llevó al Comité Ejecutivo de Yacyretá a suspender por 45 días el contrato con los asesores, iniciativa tomada a instancias del gobierno argentino. Un hecho que se suma a la interminable lista de irregularidades que acompañaron la historia de Yacyretá, una obra faraónica que, en cálculos del Gobierno, terminará costando 11.000 millones de dólares.
A pesar de que habrá una comisión que evaluará con detenimiento la relación con el club de consultoras, la suerte de ese contrato ya parece echada: “Es posible que esté muy próximo a finiquitarse”, señaló el secretario de Energía, Daniel Cameron, durante una conferencia de prensa organizada, por la mañana, en la Casa Rosada. Participaron también el ministro Julio de Vido y el director argentino de la EBY, Oscar Thomas. Los funcionarios dijeron que la medida estaba en línea con la política de “transparencia” y de “racionalidad de los recursos” que promete la administración Kirchner. Si bien los funcionarios no quisieron abrir juicio sobre si hubo corrupción en este caso, sí aclararon que existen “presunciones” de que las erogaciones que se pagaron no se compadecen con las contraprestaciones de las compañías privadas.
La relación entre Yacyretá y el club de consultoras se inició hace tres décadas. El Gobierno calcula que, durante este lapso, ese servicio tuvo un costo que alcanzó la friolera de 970 millones de dólares. De este total, 448 millones se pagaron directamente a las consultoras, mientras que el resto se vincula con costos financieros.
El consorcio de consultoras privadas se conoce con el nombre de Cidy, que encabezan la estadounidense Harza y la alemana Lahmeyer.
El contrato con este grupo de asesores se inició hace casi un cuarto de siglo, en marzo de 1979, con el objetivo de que su servicio de consultoría sirviera para concretar el proyecto, ya sea a través de la asistencia en licitaciones y contrataciones y la dirección, supervisión y coordinación técnica de las obras civiles.
A pesar de que en mayo de 1998 se puso en marcha la última turbina, y desde 1999 no se llevó a cabo ninguna obra, el contrato con la Cidy se prorrogó sin cambios. Incluso, el año pasado, a contramano del resto de la economía, se redolarizó el convenio al tipo de cambio 1 a 1. El ventajoso contrato fue renovado en mayo del año pasado, con vigencia hasta 2008. En ninguna de esas renovaciones se intentó bajar los costos, señalaron ayer en la Casa de Gobierno.
Durante la conferencia, el ministro De Vido explicitó que la suspensión del contrato se llevó a cabo en concordancia con las autoridades paraguayas, los socios en Yacyretá.
El secretario Cameron prometió que el objetivo final de Yacyretá se concretará dentro de cuatro años y medio. Para ese momento, según el funcionario, se alcanzará la denominada “cota 83”, y la central pasará de la generación actual de 12.500 gigavatios/hora a 19.000. Para finalizar esas obras complementarias aún restan invertir unos 500 millones de dólares, un 4,5 por ciento del costo total.
De Vido comentó que visitó Yacyretá hace 20 días, ya que existe una línea crediticia por 110 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo para llevar a cabo obras tanto en el arroyo Aguapey como en el brazo Añacua. Estas iniciativas permitirían la instalación de dos turbinas adicionales y así lograr el aumento en la generación de energía.
Los cálculos oficiales indican que la finalización de la obra que se inició en 1979, y que fuera calificada por el propio Carlos Menem como “el monumento a la corrupción”, costará 500 millones de dólares, pero que elbeneficio es prometedor: generar un 40 por ciento de energía adicional al actual.
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