EL PAíS
• SUBNOTA › ARSLANIAN EXPLICA SU IDEA
“Una fuerza nueva, con base cero”
› Por Carlos Rodríguez
León Arslanian, ex ministro de Seguridad bonaerense, insistió ayer en la necesidad de crear “una nueva policía del conurbano, con base cero, que debería ser organizada exclusivamente como policía de seguridad” en cada uno de los municipios del Gran Buenos Aires. En declaraciones a Página/12, Arslanian aseguró que hasta anoche no había tenido “ningún contacto” con el gobernador Felipe Solá para analizar su propuesta. Por su parte, el mandatario dijo que no desechaba “para nada” la posible creación de la “nueva policía” y aseguró que tiene previsto reunirse con Arslanian, aunque no habló de fechas ni plazos. El ex ministro estimó que “va a tomar mucho tiempo la depuración policial” y por eso propició que se mantuviera la actual estructura como “policía de investigación”, una vez que llegue a su fin la profunda reforma interna. Esto debería incluir la incorporación inmediata “de civiles que tengan títulos de licenciados en criminalística o seguridad, y también abogados que puedan acceder al grado policial y puedan participar en la tarea investigativa”.
Arslanian opinó que la Policía Bonaerense tiene en la actualidad “un deficit de 15.000 agentes que deberían ser incorporados en forma urgente”. La fuerza, que está compuesta por 47.000 efectivos, debería ser desglosada, según la propuesta de Arslanian, para dar lugar al nacimiento de una nueva policía de seguridad que dependería directamente de cada uno de los intendentes del conurbano. Mientras tanto, la “policía residual” debería seguir depurándose para dedicarse a la tarea de investigación.
“El problema de la reestructuración es muy complicado porque el proceso de depuración va a tomar algún tiempo. El sistema de verticalidad y de concentración de poder en la cúpula está muy presente todavía y se ha transmitido hacia las capas inferiores, de manera que es muy difícil lograr la depuración que se busca”, opinó Arslanian en diálogo con este diario. “Yo creo que hay policías que son irrecuperables y que hay otros que pueden ser buenos o malos, según el control que se disponga sobre ellos. Si tienen una conducción ejemplar pueden llegar a ser buenos, pero eso es muy difícil de lograr en las actuales circunstancias”.
En ese proceso de “limpieza”, Arslanian le adjudica un papel importante “al estímulo que pueden generar los foros de control ciudadano, porque está claro que hay cuadros policiales que pueden ser ‘evangelizados’, pero sobre ellos debe ejercerse un control muy estricto”. Otro aporte, según Arslanian, debería estar a cargo de “los buenos policías, que existen, y que deberían ser incentivados para que puedan avanzar, desde adentro, en la recuperación de la fuerza”. Para impulsar la depuración propuso “ir incorporando, con grado policial, a civiles egresados de las universidades con licenciaturas en criminalística o en seguridad, más abogados que puedan aportar en las tareas de investigación”.
En la llamada “policía residual”, tendría que producirse, en el marco de un plan trienal que se mantenga a rajatabla, “una nivelación en materia de educación para que todos vayan completando sus estudios secundarios y universitarios, en el marco de un nuevo escalafón donde los policías tendrían diez grados distintos”.
Arslanian supone que se trata de “una tarea lenta que podría haber avanzado mucho si se hubiera tomado en cuenta el plan trienal que había presentado en su momento y que fue desechado por la contrareforma policial que llevó a cabo (el ex gobernador bonaerense) Carlos Ruckauf”. La reforma, que había comenzado el propio Arslanian como ministro de Seguridad del gobernador Eduardo Duhalde, quedó trunca en el año 1999. Antes se habían intentado otras “reformas”, de 1988 en adelante, que siempre quedaron a mitad de camino por la falta de decisión política y la resistencia de una estructura policial proclive a la corrupción.
“En absoluto. Nadie me dijo una palabra, ni me llamó, ni intentó conocer mi propuesta”, aclaró Arslanian al ser consultado por este diario acercade una supuesta convocatoria del gobierno de Felipe Solá. La propuesta que intenta llevar Arslanian es la creación de “una policía nueva, con base cero, formada por gente capacitada en una academia had hoc que pueda surgir de un llamado a concurso en las universidades nacionales”. Además de modificar los planes de estudio, deberían adoptarse “nuevos criterios para el reclutamiento y articular todo el proceso en consenso con los intendentes de los partidos del conurbano”. La jefatura política debería estar “en manos de los intendentes y establecer un sistema de control comunitario que tenga voz y voto en forma permanente”.
“Además de crear la nueva policía de seguridad y de depurar la vieja policía, es necesario incorporar 15 mil policías y destinar los fondos que sean necesarios. El tema del dinero seguramente será uno de los más complicados, pero hay que pensar que no hay seguridad sin plata”, recalcó Arslanian. Los 15 mil hombres deberían ser destinados al conurbano, aunque también admitió que “hay mucho que hacer en el interior de la provincia, donde también hay focos de corrupción”. Arslanian recordó que presentó su propuesta a Solá en 1999 “y nunca me llamó”. Ahora, según el gobernador, el encuentro podría realizarse “en cualquier momento”.
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