EL PAíS • SUBNOTA › ROUSSEFF Y SCIOLI SE VIERON AL TéRMINO DE UN DíA ESPECIAL
La presidenta de Brasil le manifestó su apoyo al candidato del Frente para la Victoria luego de que se conociera la medida cautelar que frenó por ahora el juicio político en su contra. Scioli le llevó su respaldo y el de CFK.
› Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil
Desde Brasilia
El candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, fue recibido ayer en Brasilia por una Dilma Rousseff sonriente luego de haber librado, y vencido, su batalla más dura contra los grupos que ella definió como cómplices de un “golpe democrático a la paraguaya”. Horas antes del desembarco de Scioli en Brasilia, procedente de Montevideo, donde conversó con el presidente Tabaré Vázquez, el Supremo Tribunal Federal de Brasil divulgó una medida cautelar que dio por tierra, de momento, con la escalada para derrocar a una presidenta cuyo mandato finaliza el 31 de diciembre de 2018 (ver página 23).
Cuando Scioli descendió a la planta baja del Palacio del Planalto, se percibía un ambiente menos estresado que el observado en la mañana, cuando llegaban noticias desde el Congreso sobre el inminente inicio del impeachment urdido por el diputado Eduardo Cunha, a quien la Justicia le descubrió millones de dólares malhabidos ocultos en Suiza, y el ex candidato Aécio Neves, empecinado en ser presidente a la fuerza desde que fue derrotado por Dilma en las elecciones de 2014.
Después de una hora de reunión con Dilma Rousseff, el gobernador de la provincia de Buenos Aires habló con un grupo de medios, entre ellos Página/12, que lo consultó sobre la intentona destituyente. “Yo le traje a la presidenta Dilma el saludo de la presidenta de la Nación, Cristina. Como saben, entre ellas hay una gran afinidad personal y política. Soy un fiel defensor de la gobernabilidad, de la institucionalidad y confío en que las instituciones de la República van a actuar con toda responsabilidad”, respondió.
Y luego reforzó “yo también hice referencia a que muchas veces, como lo hemos vivido en nuestro país este triángulo mediático, judicial y político (surgido) de la impotencia de las fuerzas opositoras por no haber llegado legítimamente al poder por el voto popular. Fuerzas que buscan deslegitimar y luego atacar a los gobiernos con una impronta popular. Así se lo he dicho a Dilma, con estas mismas palabras”.
Claro que también Scioli y Dilma conversaron sobre las elecciones del próximo 25 de octubre en Argentina. Sin protocolos, Dilma demostró su preferencia por la postulación de Daniel Scioli.
“Encontré a la presidenta Dilma muy tranquila y hablando mucho del futuro, ella dijo ‘aquí hacemos augurios para tu victoria’, en lo que va a ser una elección muy importante para toda la región. Porque sabemos que tenemos una agenda común, y tenemos una visión del futuro común” contó Scioli, flanqueado por el gobernador entrerriano Sergio Urribarri y el embajador en Brasil José María Kreckler.
La presidenta estuvo acompañada por el ministro de Relaciones Exteriores, y ex embajador en Argentina, Mauro Vieira, y el asesor especial para asuntos internacionales Marco Aurelio García, quien lleva 13 años en el cargo que asumió junto con la llegada de Lula al gobierno en enero 2003.
Antes de su encuentro con el gobernador argentino, Dilma había recibido al secretario general de la Unasur, el ex presidente colombiano Ernesto Samper.
Cuando dejaba el Planalto, Samper respaldó la estabilidad institucional al recordar que “la presidenta es una persona honesta, fue elegida constitucionalmente y esperamos que todos los temas políticos sean manejados dentro de la Constitución”.
Scioli mencionó la importancia de que Samper hubiera viajado a Brasilia en esta coyuntura y reafirmó su intención de dar continuidad a Unasur y el Mercosur. Recordó que las integración tuvo sus primeras “etapas con Alfonsín, Sarney, luego Unasur con Néstor, Lula, Dilma y Cristina, ahora tenemos que ir al próximo capítulo que es la infraestructura para ser más competitivos”.
Al anochecer de un martes agitado, tal vez el más desde que inició su segundo mandato hace sólo diez meses, Dilma tenía planeado viajar a San Pablo para participar junto a Lula y el ex presidente uruguayo José Mujica, su amigo, en la apertura del congreso de la Central Unica de los Trabajadores. Después de neutralizar la estocada opositora para derrocarla la presidenta procura recomponer su interlocución con los movimientos sociales y organizaciones sindicales que el próximo 8 de noviembre se movilizarán en varios estados contra el impeachment y el ajuste del ministro de Hacienda, el neoliberal Joaquim Levy.
Los actos del 8 de noviembre se anticiparán a la posible, aún no confirmada, manifestación pro impeachment planeada por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña de Aécio Neves y agrupaciones neocons como Ven a la Calle y el Movimiento Brasil Libre en cuyas consignas se mezclan los insultos a Dilma con la evocación de la dictadura militar.
Mientras la delegación argentina se despedía de los funcionarios brasileños, Rafael Follonier, asesor internacional de Scioli, comentó a este diario “la importancia del encuentro de hoy, en un momento especial” como el que atraviesa la gestión de Rousseff. “Y también fue muy importante para nosotros, por supuesto.”
“Conozco a Dilma desde hace mucho tiempo... la vi muy bien, ella es muy fuerte, no se la van a llevar por delante así nomás”, comentó Follonier, que estuvo en el despacho de la mandataria. “Nos tomamos una foto los tres”, dijo en referencia a sí mismo, Dilma y Marco Aurelio García
Consultado sobre si está garantizada la continuidad de la buena sintonía del Mercosur y Unasur, Follonier respondió seguro. “Sí, creo que esto camina muy bien. Hay una muy buena aproximación entre Daniel Scioli y Dilma Rousseff” a los que ve comprometidos con dar “continuidad” al proyecto latinoamericanista de “Néstor, Lula y Cristina”.
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