EL PAíS • SUBNOTA › EN 2008 FUE CUANDO OMPRó MáS BARATO
› Por Tomás Lukin
El fondo buitre NML Capital adquirió un paquete de bonos Global 2020 en default el 16 de julio de 2008, el mismo día del voto “no positivo” del vicepresidente Julio Cobos que enterró definitivamente el fallido intento del gobierno de CFK para establecer por ley la Resolución 125 de retenciones móviles y compensaciones a pequeños productores. Los títulos comprados ese día eran un remanente no ingresado al Megacanje. Habían sido emitidos en el 2000 y ofrecían un rendimiento del 12 por ciento anual. Paul Singer, la cara visible del hedge fund Elliott Management que controla a NML Capital, desembolsó 344.520 dólares para comprar títulos con un valor nominal de 1.100.000 dólares. En esa operación pagó 31,32 centavos sobre el dólar. Pero hacia finales de ese año signado también por la crisis internacional, el inversor volvió comprar el mismo título a un precio todavía inferior. El 18 de noviembre la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones recomendó la expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral y respaldó el valor de la compañía calculado por el Tribunal de Tasación, que implicaba un desembolso simbólico de un peso. Aquel día, el buitre más agresivo pagó 41.273 dólares para hacerse con papeles por un valor nominal de 298.000 dólares: 13,85 centavos sobre dólar.
Julio de 2008 fue uno de los meses más activos para las compras informadas por NML en la corte del Distrito Sur de Manhattan a cargo del juez Thomas Griesa, el octogenario magistrado que ya anticipó su intención de retirarse tras “resolver” la disputa entre Argentina y los buitres. De acuerdo a las estimaciones del economista Martín Guzmán que serán publicadas por el CIGI con las compras declaradas en 2008, el acuerdo con el gobierno le genera un retorno a NML Capital de 1450 por ciento, o 40 por ciento anual. Por cada dólar de face value cuya compra se declara en 2008 o 2009 NML pagó en promedio 23 centavos.
Las semanas de tensión de aquel mes de 2008, NML compró otros bonos de la familia Global con vencimiento en 2010 y una tasa de 11,375 por ciento. En dos operaciones, el 7 y 21 de julio, se hicieron con papeles por 10.260.000 millones de dólares. Por esas tenencias pagaron 2.872.800 dólares, un promedio de 28 centavos por dólar.
La escena se repitió miles de veces entre 2001 y 2010. De un lado del mostrador cientos de tenedores de bonos de deuda argentina le dieron libertad a un broker para ofrecer en los mercados secundarios esos títulos defolteados. Del otro, un operador del fondo buitre NML Capital solicita a través de su sistema un quote o precio. En ese momento se abre la negociación hasta acordar el valor que permite llevar adelante la transacción.
Como el hedge fund Elliott Management cuenta con un “ISDA master agreement” no necesitó que bancos compraran a su nombre bonos de la deuda argentina entre 2001 y 2010. Pero esas entidades financieras hicieron las veces de intermediarios entre los tenedores de bonos y NML. En la mayoría de las operaciones informadas en la causa el banco que ofrece prueba de propiedad de los títulos es el JP Morgan pero también figuran ABN, Goldman Sachs y Merrill Lynch. Si bien no es posible confirmarlo, es probable que hayan sido esos bancos quienes vendieron los títulos a Paul Singer.
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