Mar 30.12.2003

EL PAíS • SUBNOTA

Por qué la asociación ilícita

› Por Irina Hauser

Rubén Beraja está preso porque, según concluyó el juez Norberto Oyarbide, habría indicios suficientes de que lideró una asociación ilícita que usó al Banco Mayo para estafar, lo vació y perjudicó a cientos de sus clientes. Según la investigación, la entidad se ocupaba de captar los billetes “de algún incauto” que ingresaban a través de dos mesas de dinero y se canalizaban vía distintas empresas ligadas al ex titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) que formaban parte de la “organización delictiva”. También quedó detenido Salomón Carlos Cheb Terrab, uno de los empresarios clave en las maniobras. El ex banquero está acusado también de estafa a la administración pública, ya que obtuvo 300 millones de dólares del Banco Central que nunca repuso, y de administración fraudulenta. Ahora la pesquisa se orientará a determinar si hubo lavado de dinero.
Tanto Beraja como Cheb Terrab quedaron detenidos en la División de Delitos Complejos de la Policía Federal, en Palermo, donde también está presa María Julia Alsogaray. Para argumentar la medida Oyarbide señaló que, a su criterio, la prisión preventiva no implica adelantar una pena. Aludió así a un polémico fallo reciente de la Sala I de la Cámara del Crimen que priorizó el “estado de inocencia” por sobre la restricción de la libertad cuando no hay motivos para pensar que el imputado podría eludir la Justicia ni tiene sentencia firme. “Que una persona sea legítimamente confinada a una cárcel (...) es un medida necesaria que atiende a un elevado e indispensable fin de seguridad”, sostuvo el juez. “El derecho a la libertad física o ambulatoria no esa absoluto”, dijo.
La investigación por asociación ilícita contra Beraja cobró impulso por orden de la Sala II de la Cámara Federal, que advirtió que en el Banco Mayo parecía haber un funcionamiento similar al que se había detectado en el Banco General de Negocios, con los hermanos Rohm. Las primeras conclusiones de Oyarbide son contundentes: “Desde 1993 hasta 1998 en que se produjo la caída (del Mayo) existió una organización estable, permanente y sólidamente conforme que habría nucleado, por un lado, a directivos del banco y, por otro, a empresarios o sujetos formalmente ajenos a la misma”.
En el juzgado explicaron que el Banco Mayo era utilizado como fachada para captar dinero a través de mesas que funcionaban en sus propias instalaciones. Tentaban a sus clientes para que no lo pusieran en cuentas comunes y, así, lo canalizaban hacia otras compañías. La defensa de los inversores fue afirmar que creían que su plata estaba en el banco. Una de las principales empresas, emblemática para los investigadores, fue Manfisa, utilizada por Cheb Terrab para tomar préstamos. Sobre ella, consigna el expediente, se montaron las dos mesas de dinero bajo las formas jurídicas de Mayflower Bank, de Bahamas, y Trust Inversions, un sello con asiento en Uruguay.
En la causa se señalan 120 casos de personas estafadas, pero los investigadores sospechan que fueron cerca de 600, lo que representó un fraude de unos 180 millones de dólares. La pesquisa agrega otra maniobra: cuando estaba entrando en crisis, el Mayo consiguió que el Banco Central le entregara 300 millones de dólares en concepto de redescuentos y ayuda financiera. La resolución judicial advierte que en aquel entonces, lejos de tomarse recaudos ante la coyuntura siguieron, las operaciones aparentemente irregulares y hubo pérdidas por al menos 200 millones.
“Beraja, como máxima autoridad del banco e indiscutido referente y líder de la colectividad judía en la Argentina es quien no sólo condujo los hilos del entramado ilícito de la entidad sino de la organización ilícita que a expensas de ésta se montara”, dice el texto de Oyarbide, al ampliar el procesamiento del ex titular de la DAIA, que había sido dictado por el juez Gabriel Cavallo, ahora camarista. También subraya una “predisposición para cometer delitos”. Los directivos del Banco Mayo, señala el juez,”decidieron disponer de esos bienes e intereses en beneficio propio, de familiares y amigos, así como de otras personas físicas o jurídicas relacionadas con ellos mediante el organismo de crédito y la realización de inusuales operaciones comerciales que produjeron el virtual vaciamiento de la entidad y el fraude de la confianza que los socios cooperativistas, ahorristas o inversores del banco habían dispuesto en ellos”.
Los procesamientos abarcaron también, aunque sin prisión preventiva, a Víctor Liniado, Jaime Zerajia Hasbani, Ricardo Tobal, Alfredo Biggio y Jaime Yabra, entre otros directivos de la quebrada entidad bancaria.
El juzgado de Oyarbide seguirá trabajando en esta causa durante enero, aunque hay feria judicial. Según informaron allegados al juez, se dedicará a profundizar una pista sobre lavado de dinero, en función de una denuncia hecha por 200 ahorristas, representados por el abogado Mateo Corvo Dolcet. Aquella presentación sostenía que a través de uno de sus abogados Beraja convirtió propiedades en Puerto Madero y Villa La Angostura en bienes de dos empresas panameñas y que con ellos ofrecía compensar a los ahorristas estafados en el Mayo. Si la gente aceptaba, perdía las acciones penales y civiles iniciadas.
Como consecuencia de lo que analizó hasta ahora el juzgado, hay 17 manzanas inmovilizadas en Puerto Madero, ya que integraban el fideicomiso en cuestión y, todo indica, fueron comprados con el dinero de las mesas del Mayo. La empresa dueña de los terrenos, New Side SA, en la que figura Cheb Terrab, está intervenida. La sospecha es que quienes participaban en estos negocios eran testaferros de Beraja.

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