El líder opositor de Bolivia Evo Morales –centro de las preocupaciones norteamericanas en el sur del Cono Sur– fue uno de los más rotundos en expresar su apoyo a la postura de Néstor Kirchner y del gobierno argentino en la polémica surgida a partir de las declaraciones del subsecretario para el Hemisferio Occidental Roger Noriega. “Después de escuchar la posición del presidente argentino, lo felicito porque Latinoamérica no puede seguir siendo el patio trasero de Estados Unidos”, consideró ayer el jefe del Movimiento al Socialismo de Bolivia en declaraciones radiales. “Es importante –indicó– tener buenas relaciones internacionales, pero tampoco eso significa sometimiento de países al gobierno de Estados Unidos: más importante es el respeto mutuo.” Morales también fue protagonista de los dichos del subsecretario de Estado norteamericano que desataron el conflicto, ya que además de expresar la preocupación de la administración Bush por la política argentina hacia Cuba, Noriega expuso el martes pasado su “decepción” de que Kirchner hubiera mantenido una reunión con el líder boliviano cuando viajó a Santa Cruz de la Sierra para participar de la XIII Cumbre Iberoamericana de Presidentes. “Respeto muchísimo a los presidentes que están en contacto con su pueblo y aprueban el movimiento indígena, porque es claro que lo que está pasando en Latinoamérica es que el movimiento indígena ya se ha convertido en una pesadilla para el imperialismo norteamericano”, respondió Morales, certero en sus predicciones.