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Cuatro reuniones previas antes de verse con Bush
Kirchner y Bush mantendrán hoy una esperada reunión. Cuba no figura en la agenda, como sí estará el tema de los acreedores privados y el FMI. Ayer mantuvo reuniones con Chávez, Fox, Lagos y el colombiano Uribe.
Por F. C.
Desde Monterrey, México
¿Habrá nocaut o se definirá en las tarjetas? El plato fuerte del viaje del presidente Néstor Kirchner a México, su encuentro con el norteamericano George Bush, se producirá hoy a las 11. Está previsto que dure 15 minutos aunque seguramente se extenderá un poco más, dado los temas que hay para charlar. Al igual que sucedió ayer en el encuentro con la conducción del FMI, Kirchner sabe que lo espera un pedido de mayor diálogo con los acreedores privados. El presidente argentino le respondería en términos similares a los que le habló ayer a Horst Köhler, en cuanto a que no esperen de él una propuesta más conveniente que una quita del 75 por ciento. Como gesto de independencia, Kirchner recibió ayer al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y dejaron abierta la posibilidad de una visita a Caracas en marzo.
La agenda previa del encuentro armada por el canciller Rafael Bielsa con el embajador norteamericano en Buenos Aires, Lino Gutiérrez, incluyó:
- la ratificación de la confianza del gobierno de los Estados Unidos en la gestión del presidente Kirchner;
- el pedido norteamericano para que se multipliquen las instancias de diálogo con los acreedores privados;
- la pública satisfacción estadounidense porque Kirchner separa en público a la administración Bush de sus críticas al FMI. El problema es que a la Casa Blanca que esa diferencia fuera un poco más tajante.
En cuanto a este último punto, Estados Unidos espera que Kirchner realice algún reconocimiento por los buenos oficios realizados tanto en ocasión de la firma del acuerdo con el Fondo en septiembre pasado, como ahora, cuando presionó para que el organismo apruebe al fin la primera revisión de metas. En público, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, fue agradecido. Kirchner, en cambio, dijo que “hicieron lo que tenían que hacer”. Aunque la referencia era a las autoridades del FMI, no al gobierno norteamericano.
El problema es que apenas se terminó de armar la agenda se conocieron las declaraciones del subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Roger Noriega, preocupado por el “giro a la izquierda” que veía en las políticas de Kirchner y mostrando su decepción con el canciller Bielsa porque cuando fue a Cuba no quiso atender a los disidentes.
El canciller ayer consideró que el tema ya estaba lo suficientemente conversado como para que saliera a la luz de nuevo mañana en la reunión, pero no habría que descartarlo.
Como apostilla, Noriega anduvo ayer por el Hotel Quinta Real y, según algunos miembros de la comitiva argentina, trató de mostrarse amistoso. Intentó establecer contacto con Kirchner pero el Presidente lo ignoró. Por si fuera poco, el patagónico, luego del inicio de la Cumbre, se despachó sobre el ALCA: “No vamos a avanzar en ningún acuerdo que no garantice la integración plena, sin asimetrías, que termine con el proteccionismo y los subsidios, y no vamos a poner una fecha por ponerla y condenarnos a un final lamentable”, dijo el presidente argentino.
La diplomacia argentina y la brasileña mantienen con Estados Unidos una rivalidad de poder lógica dentro del continente, con choque de intereses entre sí. En cambio, Chávez llegó a México convertido en el enemigo de los Estados Unidos por motivos estrictamente políticos. Además, potenció ese perfil al oponerse a la mayoría de las iniciativas norteamericanas en la Cumbre y también al proponer que Cuba vuelva a participar de este tipo de reuniones.
Por eso, el gesto de Kirchner de recibirlo en su habitación fue interpretado como una señal de independencia frente a las presiones norteamericanas. Uno de los temas que tocaron en el encuentro tuvo que vercon el deseo venezolano de integrarse al Mercosur. También comenzaron a explorar la posibilidad de que Kirchner viaje a Venezuela en marzo.
El Presidente mantuvo después una seguidilla de reuniones. Estuvo con el chileno Ricardo Lagos, con el mexicano Vicente Fox y con el colombiano Alvaro Uribe. La continuidad de los encuentros hizo que se fuera retrasando la agenda. Al final, con Uribe sólo pudo estar unos momentos antes de ir a la inauguración de las sesiones.
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