–¿Cómo analiza el recorrido por la ESMA del presidente Néstor Kirchner con los ex detenidos-desaparecidos sobrevivientes? –le preguntó Página/12 al almirante Jorge Godoy.
–No lo puedo analizar, es una decisión del Presidente. Nosotros como institución la cumplimos –dijo.
–¿Por qué decidió entonces pasar a retiro al director de Educación Naval, Rafael Luis Sgueglia?
–Fue una circunstancia muy particular. Ha habido una acción desafortunada... y los marinos siempre tenemos la nota de retiro en el bolsillo –respondió elíptico el militar, y ante el pedido de precisiones sobre esa “acción desafortunada”, tuvo que admitir que “el señor Presidente iba a desarrollar una actividad dentro de la ESMA y había una manifestación dentro de ese predio de la Marina. Eso no debió acontecer”.
Como reveló este diario, Sgueglia tuvo una fuerte discusión con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, antes de la llegada de Kirchner justamente por la presencia de padres de alumnos de las escuelas que funcionan en ese edificio y están “temerosos” del traslado. El haber permitido esa protesta, junto a otros reparos que había puesto el contraalmirante, desembocaron en su inmediato pase a retiro.
–¿Usted está de acuerdo con que la ESMA se transforme en el Museo de la Memoria? –le preguntaron a Godoy.
–Si contribuye a la pacificación de la Argentina hacia allá vamos –dijo el almirante y aseguró–: Me siento muy apoyado por la fuerza.
Tras su discurso del 3 de marzo, el contraalmirante Carlos Luis Mazzoni, director de Programas y Planes, pidió su pase a retiro en señal de disconformidad con la autocrítica de su jefe. Esas palabras, en realidad, sintonizaron a la Armada con la política de Kirchner y despejaron el camino para que el mayor emblema de la represión ilegal, la ESMA, pasara a convertirse en un Museo de la Memoria.