EL PAíS
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Opiniones después de la marcha
RICARDO SIDICARO*.
“Pedido legítimo”
Hay que destacar que la movilización responde a un pedido absolutamente legítimo: el pedido de Justicia, que alcanza a muchas más personas que las movilizadas. Probablemente hay quienes quieran utilizar este tipo de hechos para promover discursos anti-clase política o antidemocráticos, pero en las palabras del padre de Axel no hubo nada de eso, contó con una impronta democrática notable. Sí hubo una crítica a la aplicación del dos por uno, considerando que muchos beneficiarios de esa medida luego volvieron a cometer delitos. Lo que no hubo fue un conjunto que haya pedido mano dura, sobre todo si se piensa en las características emocionales de la reunión. Lo que hay en la sociedad es descontento con todas las instituciones, pero eso no se mencionó en gran medida. No hubo críticas a la policía, eso sí llamó la atención ya que es una institución muy cuestionada y con fuertes objeciones desde todos los sectores de la sociedad. Cabe destacar la demanda de la prohibición de la tenencia de armas, lo que expresa una posición contraria a los supuestos justicieros de la mano dura.
* Sociólogo.
Testimonios recogidos por Darío Aranda.
ALFREDO GRANDE*.
“Quieren represión”
Toda la política de la derecha trabaja sobre los efectos y no las causas. Lo que ahora ciertos sectores proponen es claramente una política de derecha, que se basa en efectos –el asesinato– y no busca trabajar sobre las causas del problema: se queman con leche y matan a la vaca. Esto se denomina “profecía autocumplida”: los mismos que consintieron el crecimiento de la inseguridad y la desigualdad, ahora desde ese mismo lugar piden represión. Hay que destacar que este tipo de políticas represivas cuenta con un núcleo de verdad, que en este caso es el asesinato, el sufrimiento de los padres, el pedido legítimo de justicia. Otra parte de verdad es que la gente quiere seguir viviendo, y eso la derecha sabe explotarlo: argumenta que para poder vivir hay que reprimir, entonces grandes segmentos de la población le dan luz verde. Además, proponen impedir un efecto –el asesinato– aumentando el castigo, algo que está comprobado que no funciona. En definitiva, la derecha muestra una paradoja: ahora pide justicia y penas más duras, pero es la misma que consintió la mayor violación de los derechos humanos y luego silenció ante la injusticia de los indultos.
* Psicoanalista.
Nota madre
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