Jue 08.04.2004

EL PAíS • SUBNOTA  › ALUVION DE DENUNCIAS DE VECINOS

Comisaría de estreno

La comisaría de Moreno donde se ignoró un llamado clave la noche en que mataron a Axel Blumberg fue descabezada. Y la llegada de un nuevo comisario generó una expectativa inusual: por decenas, los vecinos de Villa Trujuy, acostumbrados hasta ayer a que nadie escuche sus denuncias, fueron hasta la seccional, para hacerse oír, al menos por un día. Ernesto Calori, titular de la 2ª de Moreno, fue relevado, lo mismo que todos los policías que estuvieron de guardia en la noche del 22 al 23 de marzo. Fue esa guardia la que ignoró cuatro llamados de vecinos de Santa Paula que vieron cómo unos hombres golpeaban a un joven que pedía auxilio, lo que dio lugar a pensar en que la casa donde estaba el secuestrado era “zona liberada”. El nuevo comisario, Pedro Guevara, estrenó su cargo ante el aluvión de gente que colmó la recepción de la seccional y hasta tuvo que esperar en la vereda. “Del otro comisario, mejor no hablemos”, comentó un vecino.
El relevo alcanzó a todos los policías que se encontraban de guardia la noche del 22 marzo último, quienes serán investigados, informó el titular de la Jefatura Departamental de Mercedes, comisario mayor Daniel Rago. “Fueron relevados como medida precautoria, para no entorpecer las investigaciones del caso”, explicó.
El comisario Guevara anunció a Página/12 que su primera medida será “profundizar” el análisis de la situación en la zona “para llegar con mayor frecuencia a los lugares donde se produzcan los delitos”. “Vamos a mejorar en todo lo que podamos en la prevención”, prometió.
El debut de Guevara en la comisaría de Villa Trujuy estuvo coronado por las denuncias de los vecinos que nunca tuvieron respuesta del anterior comisario. El reemplazo fue a la mañana y después del mediodía todavía quedaban unas 40 personas por ser atendidas. “Del otro comisario mejor no hablemos”, sostuvo Armando Heredia, quien perdió a su única hija, María Belén, en un confuso hecho –aún no esclarecido– ocurrido en marzo del año pasado en su casa, a la vuelta de la comisaría, en el que estaría implicado el dueño de un bar ubicado cerca de la dependencia policial.
“Un día llegué a la comisaría para saber si habían averiguado algo sobre la muerte de mi hija y me encontré con que la hija del homicida estaba a los besos con uno de los oficiales. En ese momento, me dio mucha bronca, decidí no hablar con nadie y me fui”, contó Heredia. Cuando se enteró de la designación de un nuevo comisario, el hombre fue de inmediato a la comisaría. Llegó en su silla de ruedas, acompañado por su mujer.
En medio de los reclamos, una vecina, algo desorientada, les decía a los nuevos oficiales de guardia que ya no soportaba más a su hijo y que había decidido, junto a su actual pareja, echarlo de su hogar. “Qué quiere de nosotros, señora”, preguntó un oficial. “Que le den un susto, que lo amenacen, así no vuelve más a casa”, respondió la mujer. “No señora, esas cosas nosotros no hacemos”, le respondió el policía, tratando de cuidar las formas.
Otra de las reclamantes era Vanesa Ovando. Su hermano está preso hace 45 días en la comisaría de Villa Trujuy acusado del homicidio de dos jóvenes en Moreno. “Mi hermano no mató a nadie –afirmó Vanesa–. El que mató a los chicos fue Gabriel L., hijo de un cabo primero de la comisaría 41ª de Liniers.” Según Vanesa, el hecho ocurrió la noche del 22 de febrero, cuando Ramón Ovando, su hermano, y el tal Gabriel fueron increpados por cinco chicos que les pidieron cigarrillos. Como Ramón les dijo que no tenía, uno de los jóvenes lo amenazó con dispararle. “Gabriel sacó el arma de su papá policía, y mató a dos de los cinco chicos”, denunció la chica. A los dos días, Gabriel y su familia desaparecieron de Moreno. “A mi hermano lo golpearon en los testículos y le rompieron la cara en la 1ª de Moreno”, agregó.
En el barrio Santa Paula, mientras tanto, los vecinos de la vivienda donde tuvieron secuestrado a Axel Blumberg se mostraban ajenos, escépticos ante los cambios. “Es cambiar una ficha por otra”, decían, conocedores de arreglos y complicidades. “Hay que volarlos a todos, cambian a uno pero lamugre sigue adentro. Esto es una zona liberada”, se quejó un vecino de la cuadra.
Es que la zona “jamás contó con una vigilancia adecuada”, relató a este diario una vecina, que tiene su casa en venta, en la esquina del lugar donde Axel estuvo cautivo. A esos mismos vecinos les había llamado la atención que en los días previos La mujer contó, además, que los días previos a esa noche en que Axel escapó y fue recapturado “el lugar estuvo frecuentado por más patrullas policiales que de costumbre”. Después ataron cabos.

Informe: Silvia Marchant.

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