–¿Imagina cambios en el gabinete en el corto plazo?
–No, pero no puedo decir que no se den. La realidad siempre es la realidad, y no puedo enojarme si aparecen temas nuevos. Trato de trabajar siempre con la iniciativa pero un gobernante tiene que responder a todo, en energía o en seguridad. Es tonto que yo me pregunte quién tomó la iniciativa. Igual tengo que actuar.
–León Arslanian fue designado por Felipe Solá. Después se especuló sobre quién lo respaldaba políticamente más, si Duhalde o usted.
–Arslanian le ha dado un gran respiro al gobierno de la provincia de Buenos Aires. Lo está ayudando muchísimo. Es responsable y lo respeto. Quiera Dios que le vaya muy bien. Será por el bien de todos los argentinos.
–¿Qué relación tiene usted con Juan Carlos Blumberg?
–Le tengo el mayor de los respetos. Sufrió mucho, como los padres de Bordón, de Peralta, de Demonti, los de Río Negro... Hay que acompañarlos. Aquí donde están sentados ustedes ahora estuvieron los Blumberg, la novia de Axel y los padres de la novia. Les digo que después de escucharlos, esa noche no pude dormir. Eso no implica que si no estoy de acuerdo con alguna ley que propone Blumberg deje de decirlo. El respeto no se puede confundir con confundir con las ideas y las divergencias. Es parte de la democracia. Blumberg lo ha dicho con gran sencillez: la democracia es fundamental. Algunos de los que se quejan en voz baja de ideas de Blumberg tendrían que ponerse a conversar con él y decírselo. Uno tiene que decir en voz alta lo que piensa.