Hubo de todo y para todos los gustos frente a la Casa Rosada, en el escenario principal. Canciones de siempre en la voz de artistas populares, desde Víctor Heredia y Teresa Parodi hasta Silvio Rodríguez y Luis Eduardo Aute. Tango del más clásico cantado por Adriana Varela, y del más innovador bailado por Maximiliano Guerra. Rock y pop con Súper Ratones y hits como Como estamos hoy, murga uruguaya de la mejor con el grupo Falta y Resto, que hizo saltar en masa a la plaza. Fue fácil seguir a los primeros artistas, bajo un cielo nublado y un solcito benigno por momentos. Pero de Víctor Heredia en adelante una lluvia finita y continua empezó a hacerse sentir. Finalmente, se cumplió aquello que cantaban esos chicos que parecían atérmicos, en cuero y trepados al monumento, buscando conjurar las nubes: si llueve, si llueve, el pueblo no se mueve. La lluvia no hizo mover a ninguno de los que siguieron con un silencio respetuoso cada tema de Luis Eduardo Aute, corearon con devoción todos los de Silvio Rodríguez y terminaron en encendido pogo con Charly García y su fantástica versión del Himno Nacional.
Algunos funcionarios como Alberto Fernández y José Albistur siguieron parte del show detrás del escenario. Daniel Filmus prefirió un panorama más amplio desde el balcón de la Rosada, Cristina de Kirchner se encargó de saludar a todos los artistas y se quedó hasta el final para un abrazo en el camarín con Charly García. Transversal y renovada, pero liturgia peronista al fin, la de la Plaza de Mayo de ayer se hizo notar, con Coco Silly y Daniel Aráoz como presentadores al tono, arengando desde el micrófono. A la hora de las declaraciones y del balance de la celebración, todos los artistas consultados por Página/12 coincidieron en la alegría por el resultado del acto.

- Luis Eduardo Aute: “Cantar en este escenario fue como estar en las nubes durante media hora. Yo siempre dije que me sentía un poquitín argentino, y creo que después de esta fiesta me voy sientiéndome aún más parte de ustedes. Quiero agradecerles por el calor con el que colmaron esta plaza. Este clima tan intenso es algo que pocas veces se siente, y hay que poner mucha fuerza para hacerlo posible”.

- Teresa Parodi: “Desde ayer (por anteayer) que estoy viviendo momentos muy intensos, encontrándome con compañeros de tantos años de lucha. Y aquí estamos, de pie, como siempre. La música que parecía fuera de los medios, porque no encajaba con el modelo anterior, hoy sigue estando presente, como siempre. Todos estamos esperanzados con este momento de cambio, que por ahora es frágil, y que hay que cuidar. No tenemos que tener miedo a demostrar que somos patriotas, a venir aquí a la plaza y defender estos símbolos que alguna vez nos quisieron quitar”.

- Julia Zenko: “Es emocionante ver la plaza llena de gente que sale a la calle para exigir y ayudar a nuestros gobernantes a salir adelante. Esta es una fiesta patria en la que todos volvimos a sacar a relucir nuestras banderas y escarapelas, y eso es muy bello. Yo por lo general no participo de actos oficiales, elijo los lugares donde quiero estar y donde mi corazón me dice que debo estar. Este es uno de esos lugares, y uno de los más emocionantes”.

- Víctor Heredia: “Me parece importante que empecemos a darnos la tarea de recuperar una simbología que habíamos perdido. Lo de hoy me pareció maravilloso, porque todos los que vinieron lo hicieron con conciencia. Y un Presidente no puede tener el ochenta por ciento de apoyo popular si esa conciencia no encierra esperanza. Cuando me reuní con él en la Casa Rosada me alegró ver que es un tipo muy campechano, absolutamente amplio, abierto, alguien que te declara su amor y su admiración con toda soltura, sin refugiarse en su investidura”.

- Ignacio Copani: “Fue muy emotivo actuar en este escenario, no sólo por la cantidad de público sino por el tipo de gente que vino. Se notaba unasuerte de hermandad entre hombres y mujeres que no necesariamente venían del mismo lugar. Había algunos con un mango más que otros, más grandes, más chicos, y todos parecían sentirse parte de lo mismo. Creo que hay que entender que esta plaza es un lugar que tenemos que hacer nuestro, y no sólo para el reclamo, también para la celebración”.

- Person, líder de Ratones Paranoicos: “Como decía Jauretche, no se puede lograr nada positivo a partir de la tristeza. Y este tipo de fiestas ayudan a sentirnos un poco menos tristes, es una forma de decir: ‘eh, vamos, compartamos esto que es de todos, arriba, a ponerse las pilas’. Creo que, con todos los errores que pudo tener, este gobierno se hizo cargo de algunas cosas importantes a nivel social y de derechos humanos, como lo de la ESMA. Ayer, cuando entré en la Casa Rosada y estuve con Kirchner me pareció muy loco lo relajado del clima, había cero paranoia y él parecía un tipo macanudo, transparente. Eso me dio muy buena espina”.

- Adriana Varela: “Esta fiesta es mágica. Antes de subir Teresa Parodi me abrazó y me dijo: ‘Negra, cantá y disfrutalo mucho, porque hacía años que esto no pasaba’. Y tiene razón. Me llevo la impresión de que éste es un marco que la gente aprovechó para hacer catarsis, para gritar cosas que antes no podía gritar, participar como antes no podía. Vivo este primer año de gobierno con un sentimiento esperanzado, aunque no satisfecho. Siento que Kirchner le está pidiendo ayuda al pueblo y que tenemos que dársela, porque está luchando con lo peor”.
Enfundado en campera y boina, sólo provisto de su guitarra, Silvio Rodríguez hizo frente a la lluvia en su primer recital multitudinario después de cinco años. Sin que medien palabras, su actuación fue la más emotiva de la noche, con una sucesión de temas que lo identifican como Sueño con serpientes, Oleo de una mujer con sombrero o Playa Girón, y Cita con ángeles, de su reciente CD. Vestido para la ocasión con un artesanal camisolín-bandera, Charly arengó al público con su Huid mortales y se dio el gusto de romper una guitarra más en su carrera. “Es una Parker. La gente cree que es grafito, pero es de madera. Igual, ¡hay que romper una Parker!”, aclaró más tarde en el camarín, ante todos los que se apretujaban para saludarlo. “Y sí, le presté mi público a Silvio”, chicaneó entre los amigos, muy en su estilo. Podría decirse que fue un préstamo mutuo, y que rindió sus frutos.