Según el informe “Rendimos cuentas”, de mayo del 2003 a mayo del 2004 Desarrollo Social gastó 474 millones de pesos en alimentos. Más de la mitad de ese dinero (275 millones) fue enviado a las provincias. El balance no incluyó el Plan Jefas y Jefes de Hogar, que todavía depende del Ministerio de Trabajo. Estos son los principales puntos de la rendición de cuentas:
- El programa Manos a la Obra utilizó 33 millones de pesos. Con esos fondos se financiaron 9 mil emprendimientos productivos, iniciativas con las que se busca generar instancias de autoempleo. Según los datos oficiales, con este sistema hay 160 mil personas que encontraron una ocupación. Los emprendimientos les permiten tener cierto nivel de ingresos, aunque todavía no hay cifras seguras sobre cuántos son exitosos en este sentido.
- El plan Familias distribuyó 350 millones de pesos, destinados a 247 mil hogares en situación de pobreza.
- Se otorgaron pensiones por 762 millones de pesos. El ítem incluye las destinadas a ex combatientes de Malvinas, familiares de desaparecidos, madres de 7 hijos, pensiones por vejez, invalidez y leyes especiales.
- La línea de asistencia social directa ejecutó 17 millones 700 mil pesos para casi medio millón de personas. Se trata de los recursos utilizados para la compra de prótesis, medicamentos, materiales de construcción, indumentaria, máquinas de coser, herramientas y otros insumos para resolver emergencias de sectores vulnerables.
- Se entregaron a nivel nacional 420 mil guardapolvos.
- Las comunidades indígenas recibieron un millón 200 mil pesos. El grueso de este presupuesto consistió en becas.
- El balance menciona la creación de la tarjeta magnética con la que se cobrarán los 150 pesos del Jefas y Jefes de Hogar. El sistema entrará en vigencia este mes en los municipios de Florencio Varela, Morón y Rosario. Con ella los beneficiarios podrán retirar la totalidad del dinero en efectivo en los cajeros automáticos o usarla como tarjeta de débito, para cualquier compra, con reintegro del IVA.
- El informe señala como una asignatura pendiente la velocidad con que se distribuyen los recursos. “La ejecución de los fondos que envía la Nación en algunas provincias sigue siendo lenta”, admite. De la misma manera, reconoce que es necesario conseguir mayor operatividad en la gestión para que los 2200 municipios asuman un rol activo.