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Chukruts
Por S. M.
Desde Berlín
A la 0 hora de ayer argentina, en pleno cruce del Atlántico, la delegación argentina descorchó algunas botellas en la parte delantera del Boeing 747. En ese momento el senador y ex gobernador de Santa Fe Carlos Alberto Reutemann cumplió 63 años. Todos lo saludaron, y el Lole, fiel a sí mismo, comenzó a hablar de aviones. Del Tango 01, aún en reparaciones, y del Boeing 747-200 en el que estaban volando. Dijo que él había inaugurado esa nave, en 1980. Comentario de uno de sus contertulios: “Fue el cumpleaños más aburrido de mi vida”.
El Tango 01 volverá a volar a fines de abril. Pero Kirchner no lo usará más para viajes mayores de seis horas. El avión comprado por Carlos Menem en 66 millones de dólares carece de autonomía de vuelo y tiene poca capacidad para pasajeros. El Presidente ha decidido continuar viajando en el Boeing 747-200, “a cuenta y cargo de Aerolíneas Argentinas”. Dicen, quienes hablaron con él, que el mandatario recuerda vivamente las turbinas envueltas en fuego de aquel viaje que pudo haber sido una tragedia. “En el momento estuve calmo; cuando me acuerdo me doy cuenta del peligro que vivimos”, suele contar.
Cuentan los que lo oyeron que Kirchner chanceaba con las fechas y charlaba de política. Uno de sus confidentes le preguntó si iba a pelear por su reelección en 2007. Kirchner respondió que faltaba una eternidad pero que el presidente bien podría ser Carlos Reutemann. “¿Para qué creen que lo traje?”, dijo.
En el vuelo, para matar el tiempo, la delegación jugaba al truco. José María Díaz Bancalari, el gobernador jujeño, Eduardo Fellner, y el vocero presidencial Miguel Núñez batieron a la troika formada por el senador Miguel Angel Pichetto, el ministro de Educación, Daniel Filmus, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Pero las cosas cambiaron cuando, en un par de manos, se sumó Kirchner. Los voceros que revelaron la tenida se cuidaron de relatar el fin de esa partida.
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