Michelle Bachelet es una de las precandidatas a presidente de Chile por la Concertación, que desde hace quince años gobierna el país trasandino. Es, también, una de las “figuritas difíciles” del momento. Pero en un alto del “Encuentro de gobiernos progresistas” accedió a conversar con Página/12.
–¿Qué la decidió a pelear por la presidencia?
–Aquí se mencionó la fuerte convicción que tiene Kirchner para cambiar las condiciones de vida del país. Yo, si bien nunca antes busqué ser presidente, tengo una profunda convicción. Porque cuento con una tremenda adhesión ciudadana y por la esperanza de que la Concertación mejore aquello sobre lo que ha avanzando. Quedan desafíos, como el de la desigualdad de oportunidades.
–El tema fue uno de los de cabecera tratados aquí.
–Sí. Abordamos el problema de la pobreza, el de la desigualdad de oportunidades y también, por cierto, el de la desigualdad de los ingresos. Claro que en muchos de los países no es la única desigualdad que existe. También hay desigualdades de género. A veces las mujeres por el mismo trabajo que hace un hombre no reciben el mismo salario.
–¿El hecho de ser mujer le resulta un obstáculo extra en su carrera hacia la presidencia?
–Suele descalificarse a las mujeres candidatas del progresismo por ineficientes, débiles o cualquier otra consideración. Pero nadie en Chile va a decir “una mujer no puede ser”. Es políticamente incorrecto. Y sobre todo en estos momentos donde las dos precandidatas de la Concertación son mujeres. No hay posibilidad de vanalizar la discusión.
–¿De este encuentro surge una agenda o sencillamente es un intercambio de experiencias?
–Todos estamos de acuerdo en la integración del Cono Sur. Pero hay que pasar del diagnóstico a la acción, a un plan concreto, realista, factible. Hay que fijar dos o tres temas prioritarios y trabajar sobre ellos.
–¿Puede decirme uno?
–Está bien que sigamos avanzando en temas arancelarios. Pero avancemos en la integración en materia de infraestructura, en modificar normativas relacionadas a la frontera, en materia energética.
–Sobre alguno de esos temas, el FMI suele realizar algunos requerimientos y también cuestionamientos. ¿Se tendrán en cuenta?
–Lo que le puedo decir es que aquí se mencionó la necesidad de coordinar políticas macroeconómicas y las formas de relación con las instituciones financieras internacionales. El tema es inevitable, pero nuestras decisiones son soberanas.