Durante su estadía en la alcaidía de los Tribunales, Omar Chabán no estará solo. Desde afuera lo “acompañarán” Claudia, Andrea, Carolina y Vicente, entre algunos de los familiares de víctimas y sobrevivientes del incendio de República Cromañón, instalados desde ayer en la “carpa de la bronca” que levantaron frente a la sede del Poder Judicial. Estarán allí, en medio del impronosticable clima de los días y las noches siguientes. Lo que sí se puede pronosticar es que la “compañía” no será hasta el viernes, cuando Chabán culmine su declaración indagatoria por la muerte de las 193 personas que murieron a causa del incendio del boliche que él gerenciaba. “Vamos a poner la carpa frente al lugar donde elija vivir” cuando quede en libertad hasta el comienzo del juicio oral, anticipó Vicente Oviedo, padre de la joven Ana Laura, muerta aquella noche.
“Se llama carpa de la bronca y no hay que explicar por qué”, resumió Carolina, una de las adolescentes que participó en la decisión de trasladar hasta el asfalto de Talcahuano al 500 una parte de la vigilia del santuario de Once; porque el cobijo en forma de iglú, pero de lona gastada, es uno de los tantos que “los pibes de la vigilia” levantaron en la esquina de Bartolomé Mitre y Ecuador, desde la noche de la tragedia. En diálogo con Página/12, Andrea Díaz, sobreviviente, reveló que “la idea de traer la carpa pintó hoy (por ayer) con los pibes de la vigilia y la trajimos, nomás. Aprovechamos el tumulto de periodistas cuando cortamos la calle para el acto y la pusimos. La policía no dijo nada, pero si la quieren levantar –advirtió– ¡alto quilombo se va a armar!”.
La jornada de “memoria” de ayer comenzó a las 9, cuando unos 50 familiares de las víctimas de Cromañón llegaron hasta el edificio donde ahora está alojado Chabán, vallado y rodeado por decenas de policías. Recordaron a los suyos con una modalidad propia: 194 martillazos a un poste metálico de luz ubicado frente al Palacio de Justicia. A cada golpe le siguió la mención del nombre de cada uno de los fallecidos, incluso el de la mamá de Liz, Mariana Márquez, la mujer que falleció hace unos días y a quien los padres consideran una víctima más de la tragedia. El corolario fue el canto del Himno a cuyas estrofas le siguió la emotiva seguidilla de “los chicos, ¡presentes!”.
El motivo central de la convocatoria fue el de las últimas semanas: la inminente liberación del empresario. “La verdad es que si lo dejan en libertad van a tener que abrir las cárceles. Porque si queda libre el que mató a 193 personas, ¿por qué va a seguir preso el que robó un quiosco?”, razonó Cristina, mamá de Jaqueline Santillán. Anoche quedaron en la carpa, acondicionada con un colchón de una plaza, mate, yerba, azúcar y termo, ocho personas: “Cuatro familiares y cuatro sobrevivientes. Nos vamos a rotar con los que quieran venir. La idea también es acompañar a Chabán para que cuando declare diga todo lo que tiene que decir”, explicó Vicente, detrás del poste de los martillazos y en el que cuelga un cartel con una frase destacada con fibrón: “Los chicos están muertos y los culpables en libertad”.
Otra de las que no se irá hasta el viernes es la abuela de María Elena Rojas, ofuscada con los padres que no se sumaron a la modalidad de protesta emblemática de luchas que duraron años, como la carpa de los docentes frente al Congreso o de los inundados de Santa Fe, frente a la gobernación provincial. De hecho, hubo quienes adhirieron, pero no acompañaron. Uno de ellos fue el padre de Nicolás Nieva, Jorge, bastante molesto porque la indagatoria culminaba antes del comienzo del partido entre las selecciones de Argentina y Brasil. “Parece que en vez de resolver la excarcelación de Chabán o de escuchar lo que él tiene que decir, la preocupación es llegar temprano para ver el partido.”
Pese a su ubicación, dos tercios del ancho de Talcahuano quedaron libres. Pero para Andrea “no importa si no podemos cortar la calle, la idea es joder todo lo que podamos. Incluso –adelantó– estamos discutiendo la posibilidad de ir adonde Chabán vaya cuando quede libre”. Lo cierto es que, al menos hasta el viernes, la carpa estará enfrente de los Tribunalesy las fotos de los chicos que fallecieron y miran desde las vallas que rodean la mole judicial.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.