El ex presidente Carlos Menem se mostró indiferente ante la posible anulación de los indultos que firmó en 1989 y 1990. “Habrá que esperar. Hay que respetar la decisión de los jueces”, deslizó ayer. Insistió en que su proyecto de reconciliación fue un éxito, porque no hubo más rebeliones militares. “Yo quería la pacificación y la conseguimos”, aseguró. Sostuvo que las leyes fueron ineficaces para lograr ese objetivo y que, por eso, él tuvo que “dictar ese indulto, no tan sólo para los militares, sino también para los considerados subversivos y guerrilleros”.
En 1999, tras uno de sus múltiples viajes a Europa, reconoció los indultos como logros de su gestión. Y, como frutilla del postre, reveló que Juan Pablo II le dio el visto bueno para liberar a los dictadores. Los términos que habría usado Karol Wojtyla, que ya no puede desmentirlo, son idénticos a los que planteó Menem ayer: “Es una medida que tendería a la pacificación de la Argentina”, habría dicho el Papa.