El jury que comienza hoy pondrá al juez Juan José Galeano en el centro de la escena. Aparecerá como máximo responsable de las graves irregularidades del caso AMIA y del armado de una pista falsa que llevó la investigación a un callejón sin salida. Sin embargo, para el Tribunal Oral, el juez actuó a favor de “oscuros intereses de políticos inescrupulosos”. En otras palabras, que el gobierno de Carlos Menem impulsó una investigación trucha para tener culpables igualmente truchos para exhibir nacional e internacionalmente. Y Galeano fue funcional a esos intereses políticos.
La lista de funcionarios menemistas señalados por el Tribunal Oral está encabezada por el ex ministro del Interior, Carlos Corach, y el ex titular de la SIDE, Hugo Anzorreguy. Los jueces también apuntaron contra los colaboradores de Galeano, en especial sus secretarios, y contra los fiscales, jefes policiales y hombres de rango de la SIDE que actuaron en el caso. Lo asombroso es que esas acusaciones se ventilan en una causa judicial que ya lleva cinco años. El juez Claudio Bonadío, que ahora la instruye, citó ahora, casi de golpe, a buena parte de los imputados a declaración indagatoria.
El efecto del supuesto descongelamiento del expediente que maneja Bonadío –al que también se le inició juicio político– se verá en las sesiones que empiezan hoy. Sucede que el propio jury debió advertirles a los que fueron citados por Bonadío, Anzorreguy entre ellos, que su declaración en el juicio político a Galeano puede ser usada en su contra en la causa Bonadío. Y por lo tanto les hizo tomar nota de que tienen el derecho a no contestar algunas de las preguntas que les formulen.
Anzorreguy, por ejemplo, está citado en el jury para las ocho del martes 28 de junio y en los primeros días de julio tendrá que declarar ante Bonadío, por lo que obviamente se cuidará mucho de lo que diga: sucede que en el juicio político a Galeano es testigo, pero en la causa Bonadío es imputado.
En realidad el expediente que está en manos de Bonadío tendría que ser la causa-estrella. Es allí donde se debería investigar cómo fue la trama política de la pista falsa de la causa AMIA. Es que todo indica –así lo dan a entender los jueces del Tribunal Oral– que Galeano fue súbdito del poder menemista, no al revés. Sin el juez nada se podría haber hecho, pero quien marcó el paso estuvo seguramente en la Casa Rosada.