Para apresurar su entrada a la Legislatura porteña, el centenar de familiares de víctimas de Cromañón que aguardaba en la calle debió aplaudir y gritar que “los chicos” estaban “presentes”. Pero aunque muchos lo quisieron, esa medida de presión no pudo ser repetida durante las largas horas que estuvieron dentro del edificio aguardando que los diputados dijeran lo que todos ansiaban oír. Armados de paciencia y emoción, la mitad que quedó hasta el final de la lectura del “resumen” del dictamen salió “satisfecha” por la recomendación. En la óptica del abogado José Iglesias, padre de Tomás, fallecido en el boliche, “lo que escuchamos es la columna vertebral de la causa, está apoyada en hechos y por ello es sumamente sólida”. No obstante, el aval formal de los deudos al dictamen será la semana próxima, luego de que sus argumentos sean analizados.
Desde la mañana, un grupo de 20 familiares se concentró frente a los Tribunales para reclamar a la Cámara del Crimen que no cambie la imputación a Omar Chabán y Raúl Villarreal. Luego se instalaron frente a la Legislatura y vistieron sus ingresos con la característica estética de la protesta: fotos de los chicos fallecidos, caras de Chabán, un enorme pasacalle que exigía “Andate Ibarra” y una imitación en cartón de los nuevos cestos de basura porteños con el rostro del jefe de Gobierno y la leyenda “arroje aquí la basura”. Otro grupo se encargó de recolectar firmas para “contrarrestar la solicitada de apoyo a Ibarra” publicada ayer en diarios nacionales. Consiguieron 300 adhesiones de transeúntes.
A las 17.10 se abrieron las puertas del suntuoso salón San Martín, donde el busto de la Patria fue rodeado por una bandera con uno de los 194 rostros de la tragedia. Treinta minutos tardaron en llegar los legisladores, apremiados por “los chicos de Cromañón, presentes” que sonó impaciente. El Himno Nacional con las fotografías en alto abrió la ceremonia inicial cerrada luego con “besitos” de la diputada Fernanda Ferrero lanzados desde la palma de su mano hacia algunos de los allí presentes.
Los nueve diputados se ubicaron en una mesa que, a falta de una balanza equilibrada como la de los viejos estrados judiciales, tenía montañas de papeles, vasos y jarras con agua simétricamente ubicadas. Para calmar las ansiedades hubo un minuto de silencio, tras el cual comenzó la dilatada lectura de los fundamentos. Ante la tardanza de la conclusión que todos conocían, varios familiares salían al hall del salón para no dormirse en las sillas, como lo hicieron algunos.
La politización del tema tuvo su lugar entre las conversaciones de hall. “El primero que politizó el tema fue Ibarra cuando lanzó el plebiscito mientras había chicos internados”, acusó Mercedes Blanco, madre de una de las víctimas. “La manipulación política que Ibarra denuncia es la que él hizo con la solicitada” de ayer, sostuvo Daniel Rozengardt. Mientras de fondo se oían las normas presuntamente incumplidas por los funcionarios, Adriana Magnoli, madre de Sofía Morales, se quejó de que “además de la corrupción y la impunidad, se demostró lo incapaces que fueron porque ni siquiera supieron poner en práctica la normativas vigentes”.
Luego de la conclusión sobrevinieron las opiniones. “Estoy muy conforme por el trabajo más que bueno que hicieron los diputados. Ahora hay que esperar que los demás tengan una actitud similar y voten el juicio político”, consideró Ricardo Ri-
ghi. Por su parte, Pablo Blanco, padre de Lautaro, se mostró más cauto: “Ahora vamos a leer el dictamen, hacer nuestro análisis y emitir nuestro juicio” que, en un principio, sería dado a conocer el martes en una conferencia de prensa, adelantó.
La incredulidad también tuvo su espacio: “Desconfío de que se llegue al juicio político. Y si lo hubiera, no se desestabilizarían las instituciones, tal como se dice; sino al contrario, serviría como lección para todos los políticos”, conjeturó Santiago Maggio, padre de Diego.

Informe: Adrián Figueroa Díaz.