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La Conferencia Episcopal respaldó a Maccarone
En un comunicado, firmado por Mirás, Bergoglio y Fenoy, manifestó su “agradecimiento” al ex obispo de Santiago del Estero por la labor realizada en dicha diócesis “al servicio de los pobres” y los amenazados.
› Por Washington Uranga
En medio del clima de gran tensión generado en medios eclesiásticos por los hechos en torno de la renuncia del obispo Juan Carlos Maccarone, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal emitió ayer un comunicado en el que manifiesta su “agradecimiento” al ex obispo de Santiago del Estero por la labor cumplida en aquella diócesis “al servicio de los pobres y de quienes tienen la vida y la fe amenazadas” y le expresan su “afecto, comprensión y oración”. La declaración lleva la firma del presidente de la Conferencia Episcopal, Eduardo Mirás; del cardenal de Buenos Aires, Jorge Bergoglio; del arzobispo de Corrientes, Domingo Castagna, y del secretario general del organismo episcopal, Sergio Fenoy.
El texto de las máximas autoridades de la jerarquía católica fue difundido al comienzo de la reunión ordinaria de los obispos prevista de antemano para ayer con la finalidad de tratar, entre otros temas, la preparación de la asamblea episcopal que se llevará a cabo en el mes de noviembre y en la que se elegirán nuevas autoridades del Episcopado argentino.
El pronunciamiento de los obispos sigue la línea ya adelantada el fin de semana por el administrador apostólico de Santiago del Estero, Luis Villalba (arzobispo de Tucumán), y por los sacerdotes que conforman el presbiterio de aquella diócesis. “La Iglesia, en la debilidad de sus hijos, es en el mundo signo de la misericordia de Dios Padre en Jesucristo”, dice el pronunciamiento de la cúpula eclesiástica. “Esto nos exige día a día una constante conversión y penitencia sin temer a la verdad ni pretender ocultarla”, sigue diciendo la declaración de las máximas autoridades del Episcopado.
Intentando hacerse eco de manifestaciones del pueblo católico, los obispos dicen que “sentimos en esta hora el dolor y el desconcierto de nuestro pueblo” y señalan que en tales circunstancias “es el momento de renovar nuestra confianza en el poder de la gracia de Dios”.
De esta manera, la Comisión Ejecutiva del Episcopado afirma que “nos solidarizamos con el presbiterio y el pueblo de Santiago del Estero y con ellos ‘queremos expresar nuestro agradecimiento a la labor de seis largos años de monseñor Juan Carlos Maccarone al servicio de los pobres y de quienes tienen la vida y la fe amenazadas’”. La cita pertenece al documento que los sacerdotes de Santiago dieron a conocer el sábado en lo que fue la primera manifestación pública de la Iglesia desde que se conoció la renuncia de Maccarone. Sin dejar de lado la persona del obispo renunciante, los miembros de la Comisión Ejecutiva del Episcopado expresan que “acompañamos a nuestro hermano con afecto, comprensión y oración”.
La reunión de los obispos continuará durante hoy y mañana y de ella participarán una veintena de miembros de la jerarquía eclesiástica, que constituyen el grupo más importante de la Conferencia Episcopal en materia de decisiones. Del encuentro participará también el nuncio apostólico, Adriano Bernardini, quien fue el encargado de transmitirle a Maccarone la aceptación de su renuncia. Si bien la agenda de la Comisión Permanente del Episcopado estaba inicialmente orientada a cuestiones internas de la Iglesia y a preparar la asamblea general del Episcopado que se celebrará en el próximo mes de noviembre para elegir nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal, se descarta que el “caso Maccarone” y todo lo que ello implica para la vida de la Iglesia ocuparán el tiempo y las preocupaciones de los obispos por encima de cualquier otro tema.
Por otra parte, en Santiago del Estero trascendieron declaraciones hechas dos meses atrás por el obispo Maccarone ante la Justicia en las que el prelado informó que desde que se hizo cargo de la diócesis “advertí que era vigilado por personal policial y ellos mismos se identificaban como tal, indicándome que tenían instrucciones de la superioridad de seguirme y controlarme en mis actividades pastorales”. A lo anterior agregó que tales seguimientos ocurrían cuando “visitaba parroquias, dialogaba con la feligresía, escuchaba inquietudes y transmitía la palabra de Dios”.
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