A pocas horas de la asunción de Felisa Miceli, el tema de la inflación quedó en el centro de la escena económica. No sólo por las iniciativas que está bosquejando la nueva gestión, como el fortalecimiento de los controles a los formadores de precios (ver nota aparte). También por las polémicas y las operaciones de lobby que se generan alrededor de la suba de los precios. Y porque van apareciendo algunas ideas interesantes sobre cómo entre el Estado y los consumidores podrían complementarse para evitar encarecimientos injustificados.
Un ejemplo de este último punto lo acercó Eduardo Mondino. El ombudsman de la Nación habilitó un número telefónico –el 0810-333-3762– para denunciar abusos en los precios. “Se pueden realizar llamados a bajo costo desde cualquier lugar del país”, señaló el funcionario. “A los comerciantes, pequeños y grandes empresarios que se excedan con los aumentos de forma injustificada, deben caerles todo el peso de la ley”, reclamó Mondino.
La Defensoría puso a sus técnicos a realizar seguimientos de precios de la canasta básica para detectar eventuales abusos. Se realizarán encuestas semanales, y parte del equipo de colaboradores concurrirán a centros de compras para asesorar a los consumidores.
Desde el propio gobierno están enviando señales de que se dará pelea a la inflación. Lo aseguró el dueño de La Serenísima, Pascual Mastellone, después de reunirse con Néstor Kirchner y Felisa Miceli. “El Presidente dijo que va a combatir la inflación y va a ser muy duro en eso”, contó ayer el empresario lácteo.
La intención del Gobierno es sellar un nuevo acuerdo de precios con el sector. Al respecto, Mastellone señaló que mañana le llevará a Miceli la estructura de sus costos para evaluar la situación. En el sector estiman que en las próximas semanas recrudecerían las presiones inflacionarias ya que, por una cuestión estacional, disminuye la oferta de leche. “De alguna forma vamos a tener que llegar a un acuerdo”, apuntó Mastellone.
Desde el campo, en tanto, salieron a cuestionar esa estrategia. “Ya quedó demostrado que los acuerdos de precios son inviables”, opinó el vice de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati. Y responsabilizó a Mastellone por haber quebrado el último pacto. “Ya hemos tenido este año un acuerdo que fue violado principalmente por La Serenísima que redundó en la aplicación de retenciones a la exportación, pero que igual no detuvieron nuevos ajustes de precios”, indicó. Biolcati dijo que si se firma un nuevo acuerdo en el sector “puede durar unos meses, pero va a volver a fracasar”.
Esa visión pesimista sobre el rol del Estado, a la que suscriben los sectores más identificados con la ortodoxia económica, fue refrendada ayer por el Ieral, que depende de la Fundación Mediterránea. La llegada de Miceli se da “en la etapa más difícil del ciclo económico”, señaló el instituto en su último reporte. “La agenda que aguarda a la nueva ministra es bien cargada. El Gobierno debe enfrentar presiones inflacionarias, definir un plan financiero para los vencimientos de deuda y generar más empleo. Y todo esto se da en un contexto externo que ya no se presenta tan promisorio como en los últimos 24 meses”, concluyó.