EL PAíS
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Scilingo y Olivera
Los otros dos casos de represores argentinos detenidos en el exterior tuvieron resultados casi opuestos: el ex marino Adolfo Scilingo fue condenado a 640 años de prisión, tras quedar preso en España en 1997, mientras que el mayor (R) Jorge Olivera logró escapar de Italia mediante un documento falso. Scilingo fue el primer represor en confesar su participación en los vuelos de la muerte en 1995 y también fue el primero en ser condenado por un tribunal extranjero por “crímenes de lesa humanidad”, lo que sentó un precedente en la aplicación de la jurisdicción universal para los delitos de lesa humanidad. Olivera fue detenido en Italia en 2000, acusado por la Justicia francesa de la desaparición de la joven francesa Marianne Erize. Logró ser liberado gracias a un fax enviado por un ex convencional del Modin, el partido de Aldo Rico. Era un certificado de defunción falso de Erize, por el que la Justicia italiana consideró prescripto el crimen. Al volver, Olivera fue denunciado por “falsificación de documentos públicos”.
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