El radicalismo entró en ebullición por el caso Patti. El diputado Angel Rozas cree que el bloque de la UCR en la Cámara baja “debe reconsiderar su posición en este tema”. El legislador sostuvo que no es una cuestión que deba resolverse como de puro derecho, algo simplemente formal, sino que “están en juego valores que expresan una dimensión sustancial de la democracia como los derechos humanos, algo que los radicales hemos defendido históricamente”.

Hasta el momento, la mayoría de esta bancada se pronunció a favor de la incorporación del represor como diputado, asunto a resolver en el recinto el 23 de mayo. Salvo la diputada Silvana Giudici y unos pocos miembros de esa fuerza política, apoyaron el dictamen de Pedro Azcoiti en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, contrario a las impugnaciones contra Patti que impulsan el oficialismo y el ARI. El comunicado de Rozas precipitó una próxima reunión de la mesa del Comité Nacional, junto a los jefes de los bloques radicales en el Senado y en Diputados. “No me puedo sentar al lado de este asesino”, exclamó un radical jujeño, que aspira a que el bloque al menos les otorgue libertad de conciencia. De todos modos, Rozas destacó que “algunos que hoy se presentan como abanderados de la lucha por los derechos humanos no tuvieron empacho en acompañar a Patti desde 1995 como intendente en representación del justicialismo”.

Por su parte, la líder del ARI Elisa Carrió sentó claramente su posición en contra de la asunción del ex subcomisario invocando el antecedente del caso Bussi. En diciembre de 1999 fue miembro informante por el oficialismo en la impugnación del genocida tucumano y recordó que entonces quedó claro que “el Tratado sobre Desaparición de Personas y el Comité de Derechos Humanos de la ONU obligan al país a impedir el acceso a cargos públicos de personas que estén imputadas por delitos de lesa humanidad, no hace falta que estén condenadas”. Y de hecho, Bussi fue impugnado y tampoco tenía condenas. “Lamento profundamente la posición de los radicales”, agregó Carrió, ex miembro de ese partido.

El número que necesitaría Patti para acceder al Parlamento es de ochenta voluntades, algo difícil de conseguir. Sin embargo, los dos tercios de los votos de los que asistan a la sesión, necesarios para impugnarlo, tampoco serán tan fáciles de lograr si se sientan en sus bancas todos los que piensan que el ex subcomisario debe asumir.