El gobierno bonaerense procederá hoy, a las 10.30, a realizar una asombrosa diligencia: abrirá el féretro que fue llevado a San Vicente para verificar que allí adentro estén los restos del general Juan Domingo Perón. En el trámite estará presente el escribano general del gobierno bonaerense, el presidente del Instituto Cultural bonaerense, con rango de ministro, Alberto Hernández, y un apodero de Isabel Martínez de Perón. La verificación se hará a puertas cerradas.

La excusa que han dado en La Plata es que se trata de una exigencia de la Gendarmería para hacerse cargo de la custodia del féretro –“Necesitan saber que efectivamente está allí”–, pero es obvio que si ése fuera el origen de esta movida, no podría hacerse sin el visto bueno del gobierno nacional, ya que la Gendarmería depende del Ministerio del Interior. Y está claro que las cosas no vienen del gobierno nacional sino del bonaerense.

Por lo tanto, la única explicación posible para que Felipe Solá haya autorizado esta verificación es que ha recibido algún dato –verdadero o falso– de que el cuerpo de Perón no está en el féretro. Y, además, el dato debe ser lo suficientemente creíble para que el gobernador dé el visto bueno para que hoy se abran los dos cajones, uno dentro del otro, depositados en el mausoleo. Las especulaciones sobre quién se podría haber robado el cuerpo del general son innumerables, pero algo se tendrá que decir hoy para explicar por qué se va a hacer semejante verificación.