Dom 17.12.2006

EL PAíS • SUBNOTA  › SCHUSTER Y BOVERIS, DECANOS POR LA GOBERNABILIDAD

“Está en juego la supervivencia de la UBA”

› Por Javier Lorca

Con el devenir de la crisis, los dos grandes bloques políticos que dividían a la UBA terminaron confluyendo en una plataforma común y en una fórmula cuyos integrantes representan a cada uno de aquellos sectores. Rubén Hallú, candidato a rector, es el representante del sector mayoritario de radicales y peronistas que, a principios de año, postulaba a Atilio Alterini. Jaime Sorín, candidato a vicerrector, representa al espacio de centroizquierda, independientes y también peronistas que inicialmente postuló a Alberto Kornblihtt. Por separado, Página/12 dialogó con miembros de ambos espacios: los decanos Federico Schuster, de Ciencias Sociales, y Alberto Boveris, de Farmacia y Bioquímica.

–¿Por qué los asambleístas deberían apoyar la fórmula Hallú-Sorín y la plataforma de consenso?

Schuster: Primero, porque lo que está en juego es ni más ni menos que la supervivencia de la UBA. Quizá muchos piensen que esto es exagerado porque ven que la universidad sigue funcionando con aparente normalidad, pero es absolutamente cierto que está en riesgo la subsistencia de la universidad si no nos damos un gobierno que recupere su institucionalidad. Es necesario que haya un gobierno y ese gobierno no va a cerrar todos los debates, no sólo porque el acuerdo es no cerrarlos, sino porque no hay condiciones para hacerlo. Lo fundamental es que sin un espacio de institucionalidad y razonabilidad no se pueden generar las condiciones para abrir la reforma de los estatutos, ni generar los debates y las propuestas, para todo eso debe haber un rector.

Boveris: El consenso alcanzado intenta asegurar las mejores condiciones posibles de gobernabilidad para la universidad en los próximos tres años. El acuerdo abarca no sólo a los decanos, sino a la mayor parte de los consejos directivos de por lo menos 10 de las 13 facultades. Es cierto que hay diferencias ideológicas, pero soy optimista en que no van a impedir el trabajo académico conjunto.

–¿Qué tipo de gestión encararía el nuevo rector?

Schuster: Lo que se ha logrado es un consenso que supone que el rector que asume se debe a ese consenso y debe trabajar colectivamente con los sectores que han construido esta salida institucional. El programa consensuado propone cambios fundamentales para la universidad, que creo que no han sido valorados por quienes lo critican, como la reforma del estatuto, la defensa de un presupuesto y de salarios adecuados, la gratuidad de los posgrados, una apuesta fuerte a la investigación. Será tarea de todos trabajar para poder llevar adelante esta plataforma. Si no podemos resolver esta crisis, no es que vamos a una transformación de la universidad, sino hacia una disolución de la universidad que sólo va a beneficiar a los intereses privatistas del sistema universitario y a todos los que no quieren que la UBA vuelva a ser una institución fundamental en la formación y la investigación.

Boveris: El consenso produjo una plataforma de acciones para ir ejecutando, una especie de guía de acción. Ese es un compromiso de todos los que participamos en generar la plataforma. También hay acuerdo en las personas que van a ejecutar y garantizar esos compromisos.

–¿Cuáles serían las medidas prioritarias a tomar por el nuevo gobierno de la UBA?

Schuster: La reforma del estatuto debe arrancar ya, con un plazo perentorio de conclusión que es el 1º de julio. Las comisiones de discusión deben empezar en febrero a trabajar y elaborar propuestas de reforma. Esa es la gran demanda que está planteada y la queremos encarar seriamente, y no se trata solamente de la cuestión del gobierno y la representación. El otro tema prioritario es el presupuesto. En las actuales condiciones no hay manera de funcionar. Si no se produce un salto muy importante en la inversión, no vamos a poder cumplir con las condiciones de calidad mínimas para los estudiantes, docentes y no docentes.

–Desde la oposición se ha señalado que la propuesta de consenso es un “acuerdo de cúpulas” generado sin participación de las bases.

Boveris: Las bases estudiantiles y docentes podrían haber participado de los debates y la generación de propuestas si hubieran permitido sesionar a la asamblea universitaria y al Consejo Superior. Como los órganos deliberativos no se pudieron reunir, no se ha podido discutir prácticamente nada. En un momento crítico, las autoridades decidimos buscar una instancia superadora de la situación en que nos pusieron y, si bien es un acuerdo de los decanos y consejeros, nosotros fuimos elegidos por nuestros pares. Ahora, por ejemplo, repiten que la UBA es gobernada por 656 profesores titulares y nadie sabe de dónde salió ese número, es un invento o un error, solamente en Derecho y Medicina hay más profesores. Pero eso no se ha podido explicar y demostrar porque no hubo oportunidad de sesionar.

–El espacio de los “4 decanos” siempre defendió la necesidad de hacer una asamblea abierta y sin custodia policial. ¿Por qué se llega entonces a una sesión en las condiciones opuestas?

Schuster: Lamentablemente, hemos llegado a las condiciones en que no queríamos realizar la asamblea. Ahora es absurdo que la FUBA proteste por esto, cuando fueron ellos los que generaron la situación. Los 4 decanos queríamos otra cosa, una asamblea totalmente abierta, sin restricciones de ingreso, y votamos en ese sentido en cantidad de ocasiones. Pero nos pusieron en una situación en la cual, si no sesionamos así, ponemos en peligro a la universidad. Espero que la FUBA entienda que fue la actitud que mantuvieron durante meses, tomando edificios, con violencia y amenazas, la que forzó esta situación. Espero que cambien y podamos encontrar mecanismos para transformar realmente a la universidad.

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