En Escobar abundan las versiones y las hipótesis sobre lo que pasó realmente con Luis Gerez durante las 48 horas que estuvo desaparecido. También hay especulaciones de todo tipo acerca de cuál habría sido el móvil del secuestro. Pocos ponen en duda la honestidad de Gerez, aunque muchos sospechan del relato sobre su liberación que circuló en los primeros días. Quienes trabajan en los medios que cubren la política local –además del diario de Patti lo hacen El Mensajero y el sitio de Internet Infoban– subrayan que el ex subcomisario Patti no es el único imputado en causas por violaciones a los derechos humanos que vive en la zona de Escobar. “En los barrios cerrados de Garín viven varios oficiales superiores que están complicados”, comentan. Una de las lecturas que hacen es que esos militares estén presionando por su situación judicial aprovechando la figura de Patti. La otra línea que circula por Escobar relaciona el secuestro de Gerez con los reacomodamientos que se están produciendo entre pattistas y kirchneristas. En ese sentido, la concejal peronista María Rosa Pereyra relató a Página/12 que hace quince días sufrió una amenaza en la calle cuando cinco individuos, vestidos con capuchas, golpearon la camioneta en la que viajaba con las culatas de varias armas cortas. “Hice la denuncia en la comisaría y los mismos tipos aparecieron dos veces. Después hablé de zona liberada. A los dos días me llamó Patti. Me dijo: ‘No es nada. La situación se va a poner peor’.”