El canciller de Brasil, Celso Amorim, aseguró que su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, no tiene pensado mediar en el conflicto por las papeleras y que su papel es el de equilibrar las relaciones entre los países de América del Sur. “No podemos imponer una mediación. Una mediación funciona sólo cuando es pedida y tiene que ser solicitada”, explicó Amorim, quien ya debió pasar algunos sofocones en la reciente Cumbre del Mercosur, en Brasilia, cuando el uruguayo Reinaldo Gargano y el argentino Jorge Taiana se cruzaron durante la reunión de ministros por los cortes de ruta. En verdad, Uruguay viene reclamándole a Brasil una posición más activa en el conflicto, pero Itamaraty acepta la idea argentina de circunscribir el problema a lo bilateral y tratarlo dentro de la agenda del bloque. “No se trata de que Brasil pueda ser parcial, pero cualquier cosa que Brasil haga puede ser tomada como parcial por alguno de los dos lados en conflicto”, sostuvo Amorim. Y recordó que Uruguay ya acudió al Tribunal Arbitral del Mercosur “donde recibieron una sentencia preliminar que consideraron una victoria” referida a los bloqueos de los pasos fronterizos.