Sáb 24.08.2002

EL PAíS • SUBNOTA

Una propuesta para que haya ley de lemas pero que no se note tanto

› Por Felipe Yapur

Sin terminar de abrochar un acuerdo que ponga fin a la encrucijada que significa la conflictiva elección interna que propone el Gobierno, el justicialismo busca cualquier atajo para salvar el inconveniente. El fallo del juez salteño Abel Cornejo, que hizo lugar a una medida cautelar y que suspendió la modalidad de internas que pergeñó el duhaldismo, fue un cimbronazo que provocó la consideración de la propuesta del legislador peronista Gerardo Conte Grand, quien impulsa un proyecto de ley que elimina las internas y les permite a los partidos presentar las fórmulas presidenciales que quiera. A todas luces, la iniciativa no es más que una variante del sistema de lemas que, oficialmente, el presidente Eduardo Duhalde rechaza. Ayer, en el Congreso se evaluaba la posibilidad de concretarla en caso de no poder avanzar a un acuerdo entre las distintas corrientes internas del PJ.
El proyecto de Conte Grand, que es una ley de lemas disfrazada, no había sido tomado en cuenta hasta que apareció el fallo del juez Cornejo. Ayer, el legislador explicó su propuesta a los diputados delasotistas Humberto Roggero y Eduardo Di Cola, la menemista Alejandra Oviedo, el puntano Oraldo Britos y el duhaldista José María Díaz Bancalari que se reunieron con el ministro del Interior, Jorge Matzkin.
El diputado porteño explicó con pelos y señales su proyecto que, según el comentario de varios presentes, “es interesante”. El gancho de la iniciativa de Conte Grand está en que, de concretarse este sistema electoral, le garantizará la presencia de un candidato peronista en la segura segunda vuelta.
Este es el punto que más captó la atención de los legisladores. Es que ante la seguridad de que ningún partido obtendría el porcentaje de voluntades para triunfar en primera vuelta, la posibilidad de colocar un candidato justicialista en el ballottage no es un dato menor. Por caso, colaboradores del ministro aseguraron poco después de la reunión que “es un proyecto que de alguna manera nos permite zanjar los problemas del PJ”.
La “ventaja” (entre comillas) del proyecto está en que las fuerzas políticas podrán presentar todos los candidatos que deseen. Una vez sumados los votos de los partidos, participarán de la segunda vuelta las fórmulas presidenciales que más voluntades conciten de los dos partidos más votados (ver nota aparte en esta misma página). Durante la reunión con Matzkin ninguno le puso demasiados peros al proyecto. Hoy por hoy, el que más complacido debería estar con el proyecto es Adolfo Rodríguez Saá, quien, según todos los sondeos, puntea en la interna justicialista.
Pero será un problema convencer a otros candidatos del peronismo, empezando por José Manuel de la Sota. Por no hablar respecto del visto bueno del resto de las fuerzas políticas. El oficialismo descarta que el ARI de Elisa Carrió rechace la propuesta. Otro tanto haría el candidato de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora. Entonces, si Duhalde considera que éste es el mejor camino para superar la interna partidaria, la energía del peronismo se dirigiría al radicalismo y los partidos provinciales. A estos dos sectores los necesitan para imponer el proyecto en las Cámaras legislativas ya que es preciso aprobar con mayoría especial este tipo de ley que modifica el sistema electoral. Es decir, 129 votos positivos en Diputados y 37 en el Senado.
Los justicialistas consideran que para la UCR el proyecto de Conte Grand tiene un valor agregado que no “se atreverían a despreciar” ya que les abriría, como dijo un colaborador de Matzkin, “la posibilidad de que los radicales lleguen a la segunda vuelta”. Esta afirmación no es un dato menor.
La primera reacción del radicalismo fue el rechazo. Ayer, el titular de la bancada de diputados de la UCR, Horacio Pernasetti, afirmó que “cualquier invento que se arme para desvirtuar lo que se aprobó en la Cámara de Diputados lo vamos a rechazar”. Sin embargo, Pernasetti aclaró que recién el martes la UCR tomará una posición oficial frente al debate electoral. Ese día, las autoridades del partido analizarán qué caminos tomarán. Por ahora, los diputados radicales quieren que se cumpla con la ley de internas abiertas tal como salió del Congreso y como ayer volvió a proponerlas el Gobierno (ver nota en página 7) sin que los afiliados de un partido puedan votar en la competencia de otro. Además, los diputados y los senadores de la UCR ya habían rechazado enfáticamente la propuesta de ley de Lemas presentada en el Senado por el reutemista Oscar Lamberto. Los legisladores radicales advirtieron incluso que si el gobierno se rehusaba a dar marcha atrás con los decretos, iban a frenar en el Congreso cualquier nueva reforma electoral. Claro, hasta ese momento no estaba en la cabeza de algunos de estos el proyecto de Conte Grand.

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