Adolfo Badaro trabajó como conductor de buques hasta comienzos de la década del ’80. En 1983 le otorgaron la jubilación. Como al resto de los jubilados, sus haberes se actualizaban por el índice vigente en aquel momento, pero quedaron congelados en 1995 con la aprobación de la Ley de Solidaridad Previsional, propuesta por Domingo Cavallo.

No bien el Congreso aprobó la iniciativa, Badaro se contactó con la abogada Graciela Stasevich para presentar un recurso judicial. No imaginó que su caso sería pionero del reclamo de cientos de jubilados que perdieron poder de compra por culpa de aquella ley impulsada por el menemismo.

Stasevich le contó ayer a Página/12 que Badaro tomó el fallo de la Corte Suprema “con mucha alegría”. Badaro tiene 74 años y una afección cardíaca severa. Por ese motivo se había reclamado celeridad a la Corte para que definiera su caso. La abogada agregó que “la sentencia cumple con la expectativa de mi cliente. Por eso es muy importante que la gente que ya presentó su recurso judicial, o que está a punto de hacerlo, sepa que pueden restituirle lo que perdió con los años”. Según la abogada, a menos que una ley “sea superadora” del fallo de ayer, los jubilados que reclamen ganarán los juicios. “La Corte fue tajante”, declaró Stasevich.