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Ernesto Tenenbaum y Marcelo Zlotogwiazda, conductores de “Periodistas”, que comienza su segunda temporada por América mañana a las 23, aseguran que tienen ganas de “hacer periodismo gráfico en televisión”. El horario no es el único cambio que tendrá el programa respecto del año pasado: ya no estará Adrián Paenza, la emisión será sólo de una hora y los reportajes en piso –una marca registrada del primer año– serán reducidos al mínimo posible. El nuevo formato tiene mucho que ver con el deseo de los dos periodistas de trasladar a la televisión lo que aprendieron en su paso por la gráfica. “Cuando nos fuimos del equipo de (Jorge) Lanata estábamos acostumbrados a contar una investigación al aire y a que en el medio Jorge hiciera sus comentarios, sus chistes, sus síntesis, sus remates, sus formas de ver lo que nosotros decíamos. Y eso daba rating”, explica Tenenbaum. “Pero hacíamos lo mismo en ‘Periodistas’ y no medía. Al mes de haber empezado nos dimos cuenta de que la parte más atractiva de lo que nosotros hacíamos era Lanata (se ríe). Entonces hubo que buscar un formato en el que pudiéramos reemplazar levemente la presencia tan fuerte que tiene Jorge. Empezamos a probar con los informes y eso se fue desarrollando cada vez más”, señala en la entrevista con Página/12.
Zlotogwiazda coincide con su compañero: “Estamos laburando las investigaciones con el mismo rigor periodístico, pero nos preocupamos y nos ocupamos más en mejorar eso de pasar la gráfica a un lenguaje televisivo. El programa tendrá muchos cambios en la edición, habrá mucho menos piso. Hemos viajado mucho para hacer nosotros mismos las notas en los lugares donde suceden los hechos. Pero, más allá de eso, somos los mismos, nos interesan los mismos temas que hace tres meses, cuando terminó la primera temporada del programa”.
–Los mismos, pero sin Adrián Paenza.
Ernesto Tenenbaum: Paenza... decidió irse a Estados Unidos. Está en un proyecto personal allá.
Marcelo Zlotogwiazda: Pero vuelve, va a tener un programa en Canal 7.
E. T.: No nos peleamos ni nada de eso. Tenemos una relación bárbara con él, es un tipo al que queremos y admiramos mucho. Pero las razones por las que se fue a Estados Unidos tiene que contarlas él, no podemos hablar por él. Fue bárbaro laburar con Adrián: el consejo, la guía... Es un tipo muy valiente, íntegro y generoso.
M. Z.: Adrián tiene treinta años de televisión, ¿cómo no vamos a aprender de un tipo así?
Ustedes sacaron a la luz varios casos de corrupción que tuvieron mucha repercusión mediática. ¿Cómo se sienten cuando algunos de esos temas quedan olvidados y la Justicia no actúa?
E. T.: No nos pasa un carajo.
M. Z.: Es que ya venimos... ¿de cuántas? Sin embargo, pasan más cosas de las que la gente cree. Muchas más denuncias de las que se piensa tienen efecto en la Justicia.
E. T.: Rohm está preso, el hermano está prófugo, y eran banqueros de primerísimo nivel. Menem fue preso, Cavallo fue preso...
M. Z.: Cuando el periodismo descubre algo verdaderamente inocultable, eso tiene una repercusión y sus consecuencias. Si enganchás choreando a un funcionario de peso, el tipo va a pasarla mal. No sé si va a terminar preso o no, pero va a pasarla mal.
E. T.: A mí me gusta tener primicias, encontrar la información y poder probar algo. Lo que pasa después no es problema mío. En última instancia, en nuestro trabajo puede haber una función social, pero más que nada se trata de una vocación profesional. Uno tiene que hacer un programa de televisión, no cambiar la sociedad. Obviamente, en todo lo que uno hace hay ganas de decir la verdad, un trasfondo ético. En lo que se pueda ayudar, se ayuda, pero trato de correrme del lugar del que hace periodismo para cambiar las cosas.