ESPECTáCULOS
“La literatura es subversiva”
Osvaldo Bayer y el mexicano Paco Ignacio Taibo II compartieron anécdotas y reflexiones sobre la vida política y el oficio de escribir.
Por Karina Micheletto
Osvaldo Bayer y el mexicano Paco Ignacio Taibo II comparten una zona sin límites precisos en la que se mueven sus oficios: aquella que bordea la historia, con su búsqueda de verdad científica, la literatura como reconstrucción de esa historia y la crónica de los hechos. En esa zona de constantes cruces surge la materia que moldean con palabras. Los dos son escritores, periodistas e historiadores. Los dos sucumbieron al encanto de personajes y hechos históricos y les dedicaron años de trabajo. El miércoles se reunieron en una charla en la Biblioteca Nacional, un encuentro que el mexicano completó anoche con otro prestigioso par, Miguel Bonasso, en la Feria del Libro. El ciclo de charlas, organizado por la Fundación El Libro y la Embajada de México, seguirá el próximo jueves con una charla de Blas Matamoro, y el sábado de la semana que viene con un diálogo sobre literatura mexicana entre Gonzalo Celorio y Noé Jitrik, en la Biblioteca Nacional.
Paco Ignacio Taibo II escribió más de cincuenta libros de cuentos, novelas, biografías, comics, reportajes y crónicas. Algunas de estas obras le valieron el “título” de fundador del neopolicíaco latinoamericano y es el creador del Festival de la Semana Negra de Gijón, donde nació y pasó su infancia. Su biografía del Che Guevara, Ernesto Guevara, también conocido como el Che, es considerada la más exhaustiva de las tantas que se escribieron sobre el guerrillero argentino. “La de Paco es la mejor biografía del Che, sin lugar a dudas, por la investigación y la inteligencia de sus ideas. Y la peor es la de Jorge Castañeda, que empezó como el más revolucionario, y terminó siendo ministro de Relaciones Exteriores de Fox”, señaló Bayer durante la charla. En Retornamos como sombras, el libro que presentó anoche en la Feria del Libro, Taibo II relaciona a Hemingway con Hitler, con la ayuda del relato de un hombre encerrado en un manicomio (“sólo a un loco se le puede creer semejante historia”, explica el autor). “Al leer Retornamos como sombras descubro un estilo nuevo, un realismo mexicano. Uno más de los varios realismos que hay en Latinoamérica, acá tenemos el realismo menemista, que supera cualquier imaginación”, apuntó el autor de La Patagonia Rebelde.
Durante la charla, los escritores compartieron anécdotas y reflexiones sobre sus oficios y las realidades de México y la Argentina. “Siempre sostuve que la realidad histórica es más rica que la ficción. Por eso cuando empecé a trabajar como cronista pedí ir a policiales, me parecía que allí era donde iba a encontrar más material. Pero el editor de Noticias Gráficas me mandó a hacer gremiales... y a veces no había tantas diferencias”, relató Bayer. Esta convicción cambió cuando el autor se cruzó con las huelgas de los peones rurales patagónicos de 1921, un tema que lo obligó a recurrir a la literatura para abarcarlo más cabalmente. “La supuesta contradicción entre el historiador y el novelista no existe. Simplemente, hay ciertos temas en los que logras una apariencia de ciencia, y otros que manejas con más alegría, pero con igual o mayor rigor, y el resultado es literario”, aseguró Taibo II. “Los materiales están ahí, el problema es cómo contarlos. En todo caso, los géneros existen para romperlos”, completó. “Pero la imaginación no debe traicionar a la verdad”, advirtió Bayer. “Claro, la imaginación sólo colabora en la recreación precisa de la verdad”, precisó el mexicano.
El autor de Arcángeles, un libro que presenta “doce historias de revolucionarios heréticos del siglo XX”, adelantó que la próxima biografía que encare probablemente sea la de Pancho Villa. “A diferencia de Emiliano Zapata, quien nunca se dejó capturar, salvo por sus fotos con ojos llorosos y cara de perro triste, Pancho Villa sembró miles de anécdotas”, contó Taibo II. “Le contó su vida a cinco personas y cada una tiene una versión distinta de los hechos. Había perdido la cuenta de sus mujeres, y llegó a casarse dos veces con la misma porque se había olvidado de que estaba casado. Se dejó filmar por Hollywood a cambio de una caja de balas por toma, cruzándose mal con el caballo a propósito para sacar más cajas. ¡Y atrasó dos horas una batalla porque estaba filmando para Hollywood!”, enumeró.
“¿Y de dónde salió esta pasión tuya?”, quiso saber Bayer. “Como dice Santiago Ramírez, un sociólogo mexicano, ‘infancia es destino’”, explicó Taibo II. “Fui un niño que creció siendo un lector prematuro en una sociedad sin televisión. Devoraba todo lo que tuviera letras, como un buitre. Me eduqué en la obsesión de la novela histórica. Por eso mi antiimperialismo no tiene origen en el leninismo sino en el sandokanismo. ¿Qué más potente e ideologizado que un aventurero que hunde barcos ingleses? A los cinco años, leyendo El diario de Ana Frank, descubrí que la literatura es lo más subversivo del mundo, porque siempre te permite ser otro. Nadie que haya leído el Conde de Montecristo puede votar a Carlos Menem o a Carlos Salinas.”