SOCIEDAD › CNN.COM DIO POR FALLECIDAS A SIETE PERSONALIDADES
Los muertos que vos matais
El sitio de la CNN en Internet informó que se habían muerto Fidel Castro, Nelson Mandela, Ronald Reagan, el Papa y algunos otros: sus necrológicas preescritas se habían disparado por error. Aquí, historias de otros muertos mediáticos que gozan de buena salud.
Por Pedro Lipcovich
Murió el Papa. También falleció Fidel Castro. Dejó de existir el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney. Y murieron, también, los ex presidentes Ronald Reagan y Gerald Ford. Y el famoso cómico Bob Hope. Y el líder sudafricano Nelson Mandela. Todos murieron el miércoles pasado y, como Jesucristo lo hará mañana, resucitaron poco después. Claro que estas muertes y resurrecciones sólo valen para los creyentes, en este caso los de la CNN que, por un inusitado error infotelemático, presentó las respectivas necrológicas en su página web. Es habitual en los medios periodísticos –y necesario en las agencias de noticias, que trabajan contrarreloj– preparar con anticipación las notas mortuorias de personajes célebres, lo cual da lugar a errores, no siempre tan notorios como éste. En realidad, las muertes del Papa y de Castro ya habían sido anunciadas por equivocaciones parecidas, y quién sabe si la falsa muerte de Fidel, en 1957, contribuyó al triunfo de la Revolución.
“Cuando el Señor me llame consigo, cualquiera sea ese día, me iré con el más grande amor por éste, nuestro país, y con eterno optimismo por su futuro”, dice la cita textual en el prematuro obituario de Ronald Reagan, que ahora el ex presidente está a tiempo de cambiar por uno más atinado “... el optimismo se me pasó”. Todas las necrológicas siguen el modelo habitual de CNN.com: la foto del muerto (vivo), una frase textual, una breve semblanza y, clickeando, la full story.
Las necrológicas, material interno de la CNN, fueron accesibles al público durante un lapso indeterminado del miércoles. Durante ese tiempo, su presencia fue advertida y divulgada por los operadores de fark.com, sitio de Internet que selecciona noticias de medios electrónicos. Veinte minutos después, la CNN detectó lo que pasaba y retiró los obituarios, pero éstos quedaron accesibles para siempre en el sitio thesmokinggun.com, dedicado a reunir y ofrecer información confidencial.
Salió a dar explicaciones Edna Johnson, portavoz de la CNN, quien atribuyó a “un error humano” lo sucedido y dijo que “la empresa investiga las causas de este error, que se descubrió y subsanó el mismo día”. “La historia nos absolverá”, podría haber dicho y no dijo la portavoz, citando la célebre frase de Fidel Castro que encabezaba su obituario interruptus. El Papa, por su parte, manifestaba haber venido “como un peregrino de amor, verdad y esperanza”, que, si es esperanza de no morir, se ha visto cumplida.
En realidad, tanto el Papa como Castro ya habían pasado por experiencias mediáticas parecidas. Juan Pablo II murió durante un minuto para la agencia France Presse, hace ya casi 20 años. La necrológica del líder cubano se publicó en el New York Times tan temprano como en 1957, cuando conducía la guerrilla contra el gobierno de Fulgencio Batista en la Sierra Maestra. Para reparar su error, el prestigioso matutino envió un periodista especialmente para entrevistar, en la sierra, al que entonces pintaba para los norteamericanos como un joven promisorio, y la nota resultante fortaleció la imagen y multiplicó las donaciones internacionales para la Revolución Cubana.
A principios de los ‘80, la desaparecida agencia de noticias argentina Saporiti suscitó sorpresa internacional al anunciar –fruto de un malentendido idiomático en conversación telefónica con Belgrado– la muerte del líder yugoslavo Josif Broz, “Tito”. Y aun la United Press International “mató” del mismo modo a un presidente colombiano que, al volver de la muerte, clausuró la filial de la agencia por unos días.
Por lo demás, el traspié de la CNN se inscribe (y desinscribe) en un género privilegiado: el de las necrológicas. El periodista Rogelio García Lupo señala que “en las páginas necrológicas, como en ningún otro lugar, aparecen datos que estaban cuidadosamente guardados: así, por un aviso de condolencias, uno se entera de que tal o cual personaje formaba parte del directorio de determinada sociedad anónima. En las buenas necrológicas se encuentra la información más actualizada”. Actualizada pero siempre tardía, a menos que el miembro del directorio todavía esté vivo. En este caso, difícilmente manifieste, como Bob Hope en la cita elegida por la CNN, “Gracias por la memoria”. Aunque podría permitirse decir, como Dick Cheney, que ha sido “inusualmente bendecido” por su resurrección.