El cubano Silvio Rodríguez anunció ayer que prepara un nuevo disco que tiene como canción principal una composición dedicada al ex presidente chileno Salvador Allende, asesinado en 1973. El nuevo disco, Cita con los Angeles, incluirá temas que abordan la crisis de Oriente Medio y la guerra de Irak, pero el cubano sostiene que “la canción más importante es la dedicada a Allende, porque es un tributo”. El autor de “Ojalá” señaló que quiere viajar a Chile para cantar el tema que compuso a la memoria de Allende, pues, recordó, el 11 de septiembre se cumplen 30 años del cruento golpe de Estado que derrocó su gobierno. El cantante, de 56 años, confesó que este tema trata sobre los ángeles de la guarda y de cómo uno de ellos iba a intentar salvar a Allende y no lo consiguió. “Es algo realmente emotivo”, subrayó en una entrevista que concedió a un diario chileno.
Para Silvio, el actual escenario político internacional es similar al de la Edad Media. “Entonces, como ahora había una sociedad muy cerrada militar y económicamente, con mucho control desde el punto de vista ideológico y una serie de dictados, casi todos venidos de la Iglesia, que eran inalterables”. “Por eso –afirmó– las dos canciones que contendrá mi nueva producción referidas a Oriente Medio y a la guerra de Irak nacen de leyendas de Camelot y el Rey Arturo.” Consultado sobre si ha variado su postura de apoyo al gobierno de Fidel Castro, dijo que la mantiene inalterable, aunque confesó que jamás ha sido partidario de la pena de muerte.
En la situación actual de Cuba, dijo, es importante darle un voto de confianza a Castro para no bajar las defensas “ante el enemigo que se nos viene encima”. Fidel, recordó, “pidió al pueblo un voto de confianza por lo que se estaba haciendo. Y como a mí Fidel hasta ahora no me ha defraudado, yo le di mi voto de confianza”. El músico aclaró que el hecho de estar en contra de la pena de muerte no significa que esté dispuesto a condenar su aplicación actual en Cuba. Sobre eso, manifestó que no le extrañaron las críticas de José Saramago. El portugués, señaló, “nunca ha tenido la responsabilidad de defender la revolución triunfante a 90 millas del imperio más grande de la historia”.