Conocí a Luciano Berio en el IRCAM, en enero de 1978. En esa ocasión le hice una larga entrevista y él contestó las preguntas con la rapidez mental y el humor que lo caracterizaban. Le comenté el especial interés que tenía mi generación en su música y sus ideas. Me acuerdo cómo un día, escuchando por primera vez su Serenata para flauta y 14 instrumentos, a fines de la década de 1950, junto con Mario Davidowsky y Carlos Roque Alsina tuvimos la sensación de que asistíamos a un hecho musical excepcional. Desde esa ocasión seguí con máximo interés su producción. Berio fue junto con Boulez, Stockhausen, Nono y Ligeti, el que más contribuyó con su producción a la formación del lenguaje de la segunda mitad del siglo XX. Su sensibilidad particular para el sonido, tanto en la orquesta como en su música electroacústica, y la expresividad y fluidez de su lenguaje son aportes únicos e inconfundibles. Obras como la Serenata para flauta y 14 instrumentos, Tempi Concertati, Circles, Epiphanie o el Omaggio a Joyce quedan como clásicos de la música de nuestro tiempo.
* Compositor. Director del Laboratorio de Música Electroacústica del Centro Cultural Recoleta.