ESPECTáCULOS › “AMOR REAL” SE SUMA A LA LISTA DE TELENOVELAS
El retorno de los culebrones
La incorporación a la grilla de la telenovela mexicana ratifica la política de los canales de aire: buscar rating aceptable a bajo costo.
Por Emanuel Respighi
Ni siquiera el forzado lenguaje neutro, ese hijo pródigo de la globalización cultural-mediática, puede anular la multiplicidad de voces, acentuaciones y modismos que en los últimos meses coparon la pantalla televisiva argentina. Vocablos mexicanos, colombianos, brasileños y ecuatorianos fueron aprendidos por la fuerza por los televidentes argentinos apegados a cualquier tipo de telenovelas, independientemente de su lugar de origen. Es que actualmente son siete las telenovelas latinas que se emiten por los canales de aire: las mexicanas encabezan la lista con cuatro producciones (“Rosalinda”, “Carita de ángel”, “El juego de la vida” y “Amigas y rivales”), seguidas por dos brasileñas (“Terra Speranza” y “El clon”) y una colombiana (“El inútil”). Desde esta tarde a las 16, por Canal 13, se sumará al fenómeno una nueva telenovela mexicana, “Amor real”, que reemplaza al fallido “Las chicas de la calle”, el ciclo de entretenimientos que hasta la semana pasada condujeron Anita Martínez y Verónica Lozano. De esta manera, las telenovelas se presentan como una nueva forma de acercar culturas, teniendo como máximo exponente multicultural a “Doctor amor”, también del 13, una coproducción argentina- ecuatoriana con un elenco formado por actores argentinos, colombianos y ecuatorianos.
Finalizada hace tiempo la era Romay y acabada la década de la plata dulce en el mundo catódico, la televisión posdevaluación debió repensar la manera de atraer al público mediante telenovelas que no generasen gastos extraordinarios imposibles de recuperar. Así, las producciones extranjeras comenzaron tímidamente a hacerse un lugar en el mercado, como una opción económica que los ejecutivos tuvieron en cuenta para rellenar vacíos en la programación. Sin embargo, a partir del éxito alcanzado por la telenovela colombiana “Betty, la fea” –con mediciones que llegaron a arañar los 30 puntos de rating–, las telenovelas latinoamericanas empezaron a mirarse también como una forma de atraer audiencia.
La fórmula rating aceptable + bajos costos –en tiempos en los que por razones presupuestarias resulta imposible producir telenovelas de calidad en serie– llevó a los ejecutivos de los canales a echar mano en las latas latinoamericanas de archivo –tal el caso de la reposición de “Rosalinda” en el 9– o recientemente adquiridas. En este sentido, no es antojadizo el hecho de que sea el 13 el canal que más telenovelas latinas tiene en su programación, con un total de cuatro (sin contar “Doctor amor” por ser coproducción). Es que luego de experimentar sin buen resultado con algunos programas propios (desde “Qué espectáculo” hasta el reciente “Las chicas de la calle”, pasando por “Noticias de novela” o “Georgina y vos”), las latas extranjeras parecerían ser el camino encontrado por Adrián Suar en su intento de mejorar uno de los puntos débiles de su gestión en la gerencia de programación: la franja vespertina, dominada por Telefé.
Producida por Televisa, “Amor real” no es otra cosa que una nueva telenovela de época, en una línea similar a la que se pudo ver en “Terra nostra”, “Café con aroma de mujer”, “Luz María” o la más audaz “Xica Da Silva”. Desarrollada en el siglo XIX, la novela –que Televisa emite en México en el horario central de las 21– narra la desventura amorosa de Matilde Peñalver y Beristain, que desafiando las reglas de la aristocracia a la que pertenece se enamora de Adolfo Solís, un militar de poca monta. Enterada del idilio de su hija Matilde con ese señor al que considera vulgar, Augusta logra meter preso a Adolfo, haciéndole creer a Matilde que su amado es casado y tiene hijos. Obligada por su madre y muy a su pesar, Matilde se casa con Manuel Fuetes Guerra, un joven apuesto, de buenos modales, que acaba de heredar una gran fortuna, pero al que bajo ningún concepto ama. Pero, obviamente, el amor luchará por superar la barrera impuesta por la condición de clase. Una denominador común en las telenovelas latinoamericanas.