ESPECTáCULOS
Una familia como metáfora de un conflicto histórico
Mañana comenzará en Madrid el rodaje de “Seres queridos”, una película protagonizada por Norma Aleandro, Marián Aguilera, Guillermo Toledo, María Boto y Fernando Ramallo. Un chico palestino, una chica judía y un accidente que termina en muerte determinan el desarrollo narrativo de esta comedia negra con trasfondo político.
Por Juan Munguía *
Desde Madrid
Leni, una joven judía de Madrid, invita a cenar a su casa a Rafi, su novio, para presentárselo a la familia. Rafi no entra con buen pie. Primero, porque es palestino, y segundo, porque poco antes de la cena, tratando de agradar a su futura familia política, mata por accidente al padre de Leni con un bloque de caldo congelado. Así arranca Seres queridos, película codirigida por la catalana Teresa de Pelegrí y el británico Dominic Harari. El film comienza a rodarse mañana en distintas localidades de Madrid y en la producción participan Gerardo Herrero y dos empresas británicas, una argentina y una portuguesa. A la presentación de esta comedia negra, que tuvo lugar el lunes pasado en Madrid, acudieron la pareja de directores y el elenco de actores que la protagonizan: Norma Aleandro, Marián Aguilera, Guillermo Toledo, María Boto, Fernando Ramallo y la niña Alba Molinero.
Esta es la primera vez que De Pelegrí y Harari se enfrentan a un largometraje. La catalana es responsable de varios cortos, el último, Taste –una de las cinco partes de la película El dominio de los sentidos, de 1996–. Harari, por su parte, además de haber escrito y dirigido varios espectáculos y un cortometraje (Soloist, 1993), cuenta con larga experiencia en el rodaje de documentales para la televisión británica. No es además la primera vez que la pareja de directores trabajan juntos; ambos participaron en los guiones de varios largometrajes de Joaquín Oristrell.
La situación en Oriente Próximo es el telón de fondo de esta comedia en la que todo transcurre en una noche. Sus directores, ambos de origen judío, reconocen que el guión está, en parte, inspirado en sus propias familias. “Desde el microcosmos de la familia se pretende retratar la situación en Oriente Próximo”, explica Harari. Para De Pelegrí, que la película aborde un tema tan delicado en clave de humor está justificado: “Los grandes temas se han tratado con humor, pero siempre con respeto, mirando con una lente lo que no se suele mirar, que es lo que le da comicidad”. Pero la película no pretende ser sólo un espejo de la situación en Oriente Próximo. Las fobias y filias que se generan alrededor de la familia que es, según Harari, “una forma de masoquismo”, están en el centro de esta comedia. Norma Aleandro, que encarna a Gloria, la “martirizada” madre de la joven judía, dijo que esta familia “se parece a tantas otras familias por sus conflictos. La llegada del joven palestino no hace sino aumentar esos conflictos”. De ahí, para Aleandro, “el acierto de la metáfora del conflicto de Oriente Próximo”, ya que en el largometraje confluyen “los amores y los odios de una familia con los amores y los odios entre dos pueblos”.
* De El País de Madrid.
Especial para Página/12.