ESPECTáCULOS
› ESTA NOCHE EMPIEZA “LOS VIERNES MUSICA”, UN CICLO ORGANIZADO POR PAGINA/12
“Hay que dejar de guiarse por moldes musicales”
El grupo de tango La Chicana inaugura hoy el ciclo gratuito, que seguirá el viernes próximo con Me Darás Mil Hijos. Peteco Carabajal y Dosaxos2 cerrarán estos encuentros que, en su heterogeneidad, representan lo mejor de la música popular argentina.
› Por Karina Micheletto
La música, por suerte, siempre trasciende los moldes en los que se la quiere encasillar. Existen innumerables formas de hacer tango, rock o jazz, aunque cada género tenga sus reglas internas de funcionamiento. Hay quienes los abordan con menos carga de prejuicios, y aceptan que pueden encarar un tango con la actitud del rock, porque al fin y al cabo crecieron escuchando The Beatles. Tal es el caso de La Chicana, el grupo que hoy inaugura el ciclo Los Viernes Música, que tradicionalmente organiza Página/12 durante el mes de septiembre, con entrada gratuita. Este año, la programación se completa con Me Darás Mil Hijos (el viernes próximo), Peteco Carabajal (viernes 19) y Dosaxos2 (viernes 26), siempre a las 20.30, en el auditorio de la Sociedad de Distribuidores de Diarios, Revistas y Afines (Belgrano 1732). Ya sea renovando el tango o el folklore, presentando canciones acústicas con una original propuesta o agregando al virtuosismo de sus instrumentos actuación y puesta en escena, los cuatro representan sonidos actuales de la música argentina. Con diferentes propuestas y trayectorias, todos reconocen tener problemas al momento de las definiciones genéricas.
Aunque es portador de un apellido que es sinónimo de chacarera, Peteco Carabajal entiende que lo suyo no es folklore sino música popular a secas. “Acá no hay que guiarse por los moldes. Yo tomo los ritmos populares y los hago a mi manera. Tendrán que pasar muchos años para que pueda decirse si lo mío es folklore o no”, explica el músico. Hace tiempo que el folklore argentino se animó a enchufar una guitarra, a incorporar nuevos arreglos o a trascender el color del paisaje en las letras. Pero Peteco Carabajal sabe de lo que habla. Justamente él, que allá por los ‘80 le puso el violín a MPA, uno de los grupos que rompió con los cánones tradicionales del género, y fue abucheado en su propio Santiago del Estero por integrar una banda que se atrevía a hacer sonar instrumentos no convencionales para la chacarera. En el ciclo de Página/12, Carabajal presentará los temas de su último disco, El baile, grabado en vivo a principios de este año, con chacareras propias y de su hermano Demi, que también lo acompañará esa noche, más algunos temas que suenan extraños al cancionero que acostumbra a interpretar: “Si me voy antes que vos”, de Jaime Roos, o “Canción para luchar”, de León Gieco, transformada en una zamba, por ejemplo.
En La Chicana (Dolores Solá en voz, Acho Estol en dirección, arreglos y guitarra, Javier Sánchez en bandoneón, Juan Valverde en vientos) hay tangos tradicionales, pero también nuevas letras de Estol, y en la mayoría se mezclan con naturalidad otros géneros. “Es una actitud muy tanguera”, explican con tranquilidad. “En los discos de Gardel había pasodoble y fox trot, ¿por qué nosotros no vamos a incluir candombe o cumbia?” La búsqueda del grupo, sustentado por la sensual voz de Solá, apunta a encarar el tango con la libertad del rock. “Muchos de los ‘señores tangueros’ no dan permiso para el cambio, y así el tango se muere, se congela en los covers. Nosotros tenemos la suerte de poder abordar el género con menos prejuicio”, explican Estol y Solá.
En la propuesta de Me Darás Mil Hijos predominan los sonidos acústicos, en libres interpretaciones de géneros como valsecitos, fox trots o pasodobles. Si bien su disco debut tiene cierto trasfondo romanticón, aseguran que en el próximo la banda irá “más arriba”, “no sólo para sentarse y chapar”, definen. En la numerosa formación del grupo están Mariano Fernández (voz y guitarra), Federico Ghazarossian (contrabajo), Damián Rovner (saxo), Carolina Flechner (batería), Leonora Arbiser (acordeón), Santiago Fernández y Gustavo Semmartin (guitarras). El nombre de la banda sigue siendo un concurso abierto: lo sacaron de unos versos de un poeta latinoamericano, y eso es todo lo que dicen cuando se les pregunta. El que adivine el nombre del poeta se lleva entradas gratis por un año a los shows de la banda. Con procedencias múltiples (Ghazarossian fue el bajista de Don Cornelio y Los Visitantes, Santiago Fernández hizo tango con Daniel Melingo y con Javier “Cardenal” Domínguez, Semmartinviene del rock, Mariano Fernández integró la banda dark Credo), el grupo le dio una vuelta de tuerca al asunto de “los géneros”: “En la cabeza tenemos todo lo que escuchamos a lo largo de la vida, y según el caso tomamos lo que el tema pide. Valoramos por sobre todo la canción pura y simple, aunque pongamos orquestaciones complejas”, explican. Si bien lleva poco tiempo tocando, este año la banda creció cuando trascendió los pequeños reductos, y actuó como telonera de Goran Bregovic en el Luna Park.
Parientes cercanos de Pequeña Orquesta Reincidentes (Mariano y Santiago son hermanos de Juan Pablo Fernández, vocalista de P.O.R., pero además el grupo tiene un sonido que podría definirse como afín a esa banda, aunque más acústico), reconocen que otros artistas también abrieron caminos para llegar a la actual propuesta de la banda: además de Reincidentes, citan a Kevin Johansen, Axel Krygier y Cristian Basso. “Son todas propuestas distintas, que se unen en un trabajo fino de arreglos y en un respeto por la canción”, asegura Ghazarossian. “Para mí, hoy en el rock la canción está estancada, cada vez más. Hace tiempo que no veo cosas nuevas en el rock”, arriesga el ex Visitante. “En Me Darás Mil hijos tomamos la calentura vital del rock pero, a diferencia del rock actual, nos dedicamos a hacer canciones”, concluye.
“Muchos nos preguntan: ‘Lo de ustedes, ¿dónde lo ponemos? ¿En teatro o en música? ¿Es jazz, blues, tango o rock?’”, cuenta Damián Nisenson, uno de los Dosaxos2 (el otro es Sergio Dawi). En Los Viernes Música, el dúo retomará temas de espectáculos anteriores como Bazar Limbus, Cachivachetur o In&Out, con una propuesta más volcada a la música que a lo escénico, junto al percusionista Pablo Dawidowicz como invitado. “Siempre nos resultó complicado defender una identidad que es a la vez musical, actoral y escénica, en un medio que está acostumbrado a catalogar las cosas taxativamente. Por suerte los que se hacen problemas son los medios, no el público”, cuenta el saxofonista. “Tiene que ver con una gran pobreza conceptual, con la falta de crossover de parte de la crítica. Nosotros disfrutamos haciendo lo nuestro y punto”, se planta. En ese sentido, el músico destaca la diferencia entre la recepción de la crítica local y lo que pasa en las giras en el exterior. “Cuando viajamos, nos reciben como campeones: ‘Hacen algo distinto, crean su vestuario, su escenografía, juegan con sus instrumentos... ¡Qué bueno, qué original!’, nos dicen. Lo que afuera es visto como un valor, acá es generador de confusiones”, ironiza el músico.