ESPECTáCULOS
Ni Artigas pudo zafar de ellos
Los uruguayos de El Cuarteto de Nos, que hoy actúan en Buenos Aires, se valen del rock para reírse de todo. Y eso acarrea problemas.
Por Roque Casciero
El Cuarteto de Nos apareció a principios de los 80 como una anomalía en la música uruguaya, algo así como ese bicho raro de la familia al que varios parientes se empeñan en no reconocer. “Cuando nacimos como grupo fue durante la salida de la dictadura, en el momento de auge del canto popular”, recuerda Roberto Musso, cantante y guitarrista del Cuarteto. “Aparecimos en ese contexto como una cosa bastante extraña, a contramano de todo eso, y también con diferencias con lo que era el rock uruguayo incipiente.” Dos décadas después, cuando el Cuarteto ya ha disfrutado del éxito masivo gracias al boca a boca, todavía resulta difícil encontrar algún término para definir sus canciones de humor corrosivo e instrumentación rockera. Podría decirse, por ejemplo, que el grupo suena como un Leo Maslíah guarango y eléctrico, o que hace de la incorrección política su carta de presentación. A pesar de que en su extensa trayectoria han llegado al triple platino en su país, recién el año pasado comenzó a visitar con frecuencia Buenos Aires, cuando se publicó el disco Cortamambos. Esta noche, en El Sótano de Unione e Benevolenza (Perón 1372) habrá una nueva oportunidad para ver y escuchar de qué se trata este cuartetazo que se ríe de sí mismo, de los lugares comunes del rock, de los próceres (lo que les ocasionó problemas de censura), de la sociedad, del amor, de todo.
Ejemplos (de Cortamambos): “Mamá, el bajista me está pegando” se toma a la chacota el heavy metal de magos, espadas y serpientes; “La guerra de Gardel” imagina un conflicto bélico entre Argentina y Uruguay por la nacionalidad del Zorzal Criollo, con un desenlace imprevisible; “Maten a las ballenas” es un himno antiecologista que postula a Jacques Costeau como “un viejo pelotudo”. La primera canción del disco es la que más llama la atención: “No somos latinos”, insiste el Cuarteto, y el oyente piensa de inmediato en la influencia de Gustavo Santaolalla en el rock de la banda oriental. Pero no, la canción surgió por otra cosa: “En Uruguay hay un boom de la cumbia y entonces está de moda ser latino, hablar como chicano y bailar latinamente. Aunque, es verdad, muchas bandas de rock nuevas se contagiaron de esa latinidad. Pero las canciones del Cuarteto nunca dan mensajes ni consejos. En las letras, la idea es dejar varias lecturas posibles”.
–¿Se puede decir que son políticamente incorrectos?
–Somos políticamente incorrectos, está muy bien.
–Pero, ¿la incorrección política no se ha pasado de rosca? Ahora es políticamente correcto ser políticamente incorrecto.
–Lo que pasa es que somos políticamente incorrectos, pero bobeando. Es todo un poco más inocente.
–¿Cómo surgió la idea de reírse de todo en las canciones?
–Como compositor, sé que son las canciones que me salen mejor. A esta altura, hemos desarrollado una especie de gimnasia y ése es nuestro fuerte. A veces nos preguntan si no estamos presos del humor y si no nos interesa hacer canciones serias. Pero de la manera en la que nos gusta jugar con el humor, muchas veces terminamos haciendo canciones serias (se ríe). A tal punto que tenemos una canción prohibida: o sea que es en joda, pero no tanto.
–¿La canción prohibida es “El día que Artigas se emborrachó”?
–Sí, está prohibida para menores de 18 años. Cuando la grabamos, en 1996, el Ministerio de Cultura nos hizo una denuncia penal, pero el juicio ni siquiera empezó porque el fiscal encontró que no había ningún delito. Pero el Instituto del Menor la prohibió para menores de 18, por lo cual tenés que ir a comprar el disco con la cédula. Es ridículo.
–Cualquiera hubiera dicho que esas cosas sólo pasaban en la Argentina.
–(Se ríe) No, en Uruguay también. Igual, la tocamos siempre y todo el mundo la conoce. Pasó lo que siempre sucede cuando se quiere censurar a alguien: todo el mundo la conoce porque se quieren enterar qué tiene de fuerte la canción como para estar prohibida. En realidad, no es la canción más fuerte que tenemos. Si por ésa nos metían en cana, por otras tendrían que habernos dado perpetua.
–Con esa canción se enojó una asociación de negros...
–¡Se enojaron todos! Una colectividad española se enojó porque la canción hablaba de la batalla de Las Piedras, que Artigas le ganó a Posadas: “Artigas le dijo a Posadas agarrala que me crece/ y vomitó en las Instrucciones del Año XIII”, que también son una cosa patriótica. Y después un programa de radio llamado “Raíces negras”, que lo conducían dos blancos de ojos celestes (risas), se calentaron porque la canción dice que Artigas, en pedo, confundió con una mina al negro Ansina, que era su ayudante. Entonces decían que acusábamos de homosexual a Ansina... El tema es que pasó por el poder político y ahí se pudrió todo. Durante seis meses estuvimos yendo a programas de radio políticos. Llegábamos y nos encontrábamos que era una mesa redonda con psicólogos y sociólogos. Fue cualquiera.