ESPECTáCULOS
› ROBERTO PERINELLI ESTRENO “HISTORIA DE CAZADORES” EN EL CERVANTES
Un resumen de los años menemistas
Figura usual de la escena independiente, el dramaturgo concibió su obra como un reflejo de la Argentina “y el delito como modo de vida”.
› Por Cecilia Hopkins
Por primera vez en años de carrera en el circuito independiente, el dramaturgo Roberto Perinelli estrenó en una sala oficial: en el Cervantes y bajo la dirección de Andrés Bazzalo, subió a escena Historia de cazadores, con actuación de Patricia Echegoyen y Alejandro Fiore (la pareja protagonista), Pablo Iemma y Adriana Dicaprio. En lo que va del año, Perinelli lleva estrenadas dos obras (Mil años de paz fue la anterior, en el Teatro del Pueblo), un hecho que el dramaturgo subraya en la entrevista con Página/12 con una mezcla de alivio y humor: “Para mí, éstos fueron dos estrenos póstumos”. Aclara luego de que el año pasado pasó 48 horas en coma y 14 días en terapia intensiva, a causa de un desmayo sufrido durante una práctica de natación: “Vi el túnel negro y las estrellitas al final... toda esa historia”, detalla, y cree que en algún momento la experiencia aparecerá, de un modo u otro, en futuros textos. Todavía no lo sabe a ciencia cierta, porque las obras estrenadas fueron escritas tiempo atrás. No obstante, el autor de Hombre de confianza y La cena tiene la costumbre de seguir corrigiendo sus originales hasta último momento: “Como Alfonso Reyes, quien aseguró que los escritores editan para no seguir corrigiendo, yo estreno para no corregir más”, declara.
En el caso de Historia... (obra que en 2001 mereció una mención especial en un concurso organizado por el Fondo Nacional de las Artes y que en el Cervantes se ve de jueves a domingos, en horarios diversos), el dramaturgo no acierta a precisar las ideas motivadoras de su escritura. En cambio, recuerda nítidamente lo que pasaba por su cabeza mientras concebía el texto de Miembro del jurado, en 1978: “Con el nacimiento de mi hija en pleno Proceso, yo viví con el terror de que ella padeciera por algo que a mí podría sucederme: la obra expresa la inseguridad que generó la dictadura, la certeza de no tener defensa ante la posibilidad de ser señalado como un sospechoso”. En Historia..., Perinelli sitúa en un hotel de turismo el encuentro de dos amantes que buscan dejar atrás algunos sucesos confusos. Al igual que ellos, los demás personajes (la mucama y el conserje del hotel) no parecen disconformes consigo mismos, “a pesar de que unos cometieron delitos y que los otros se acostumbraron a vivir comiendo de las sobras ajenas”. De manera incesante, la sombra (o el maullido) de un gato merodea por las habitaciones. “Un gato en la noche no es un encuentro grato –explica el autor– y este bicho entrañable, faldero, de pronto se convierte en una especie de bestia incontrolable.”
–¿Cómo cambió su escritura con el tiempo?
–En los ‘70, cuando comencé a estrenar, me movía entre la falsa dicotomía de un teatro del realismo y otro del absurdo. Finalmente, creo que fui mezclando algo de los dos. Ahora, lo que pienso que me aproxima a las nuevas formas de escribir teatro es esa necesidad de no dejar todo claro. Pero busco una dosis de ambigüedad que no signifique confusión. En mis obras, creo que el cambio es un leit motiv. Me gusta que aparezca lo sorpresivo, lo inesperado, pero sin volver críptica la historia: si algo quiero evitar es aburrir al espectador, porque siempre lo tengo en cuenta cuando escribo.
–¿Cuál es el público que usted supone se interesa en sus obras?
–Pienso en aquel que tiene el hábito del teatro, que conoce sus convenciones. No soy de los que dicen que no piensan en el público: si fuera por mí, me gustaría que vieran mis obras los 37 millones de habitantes de la Argentina (risas).
–¿Cómo describiría su obra?
–Creo que, en el fondo, Historia... es un policial: este género me gusta mucho, en la literatura y el cine. Lo que sí me gusta es contar historias y, en eso, creo que no entro en el canon actual. En realidad, fue la posibilidad de contar historias (algo que también hago en la vida diaria) lo que me atrajo de la literatura dramática.
–¿Qué aspectos de la realidad reflejan sus personajes?
–Me gusta escribir evitando bajar línea, porque no quiero convertirme en un predicador. Pero la realidad siempre está presente y uno siempre es testimonial. En esta obra todos los personajes parecen sacar partido de alguna situación y esto expresa algo que todos vivimos. Me parece que en Historia... están resumidos diez años de menemismo, del sálvese quien pueda, del delito visto como forma de vida, como un hecho cercano, lícito, tal vez porque algunos pueden moverse con facilidad al margen de la ley.