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Por Astrid Riehn
Desde Madrid

Como si se tratara de una suerte de gurú político, a Manu Chao se le pregunta sobre todos los temas del momento, o casi todos: la última cumbre de la Unión Europea en Barcelona, la legalización de las drogas y hasta la política de Estados Unidos después del 11 de septiembre. El ex Mano Negra se ataja: “Mi oficio no es ser contestatario profesional, yo soy músico”. La aclaración no detiene la búsqueda de respuestas, aunque Manu Chao no las tenga. Es que sus discos solistas, Clandestino y Próxima estación: esperanza, tienen una dirección ideológica clara, que el músico proyecta luego en sus declaraciones. Está en Madrid, en medio de una serie de actuaciones junto con su banda, Radio Bemba Sound Sys-tem. Ya concretó dos recitales, en tanto hoy y mañana se presentará en la sala madrileña La Riviera.
Fiel a su espíritu “antimercantilista”, el cantante francés de origen español logró una vez más que las entradas a sus conciertos se vendieran como pan caliente sin campaña de promoción alguna y anunciando las actuaciones con menos de una semana de antelación. De todos modos, el boca a boca hizo que se multiplicara la noticia de que Manu actuaría en vivo una vez más. A la hora de las entrevistas, no pudo evitar exponerse en terrenos difíciles, aunque volvió a quejarse del lugar en que se lo ha ubicado. Todos saben que, aunque diga una y otra vez que es “un cantante pachangero, no quiero ser un intelectual”, a juzgar por su buena predisposición y su sonrisa, la política es una de sus pasiones. Recién llegado de Barcelona, ciudad en la que vive actualmente y donde participó en la marcha antiglobalización del sábado y en un concierto de varios músicos, el artista afirmó: “Yo vivo en Barcelona, y como ciudadano no me podía perder la oportunidad, es más, la obligación, de participar en esta marcha”.
En cuanto a las diferencias entre las marchas antiglobalización de la cumbre del G-7 en julio del año pasado en Génova y las de la última realizada en Barcelona, Manu Chao sostuvo que lo principal fueron “las tapas de los diarios al día siguiente. “Cuando fue lo de Génova, las tapas de Génova sólo hablaban de violencia, que era lo que le interesaba al gobierno. Pero esta vez no pudieron reducir una marcha de 300.000 personas a un enfrentamiento entre policías y jóvenes”, agregó el músico. Manu Chao contó que está grabando canciones “guapas” pero que por ahora no está haciendo ninguna recopilación para un disco. Lo que sí pretende hacer es seguir viajando y conociendo el mundo de la mano de su música, que lo llevó por varios lugares de Africa y Latinoamérica, entre ellos Argentina, donde es todo un referente. Ahora tiene otros planes: ya está “prácticamente confirmado”, según explicó, que en mayo Radio Bemba y él realizarán una gira por Europa del Este, que incluirá países como Rusia, Macedonia, República Checa y Polonia. “Nunca estuve en el Este, por eso voy a ir con los ojos y los oídos bien abiertos. Me parece muy interesante para entender el mundo de hoy. Vamos a descubrirlo, a conocer gente, y si hay alquimia montamos algo más loco”, explicó. “Cada vez me queda más en claro que en muchos países la democracia es un panel para ocultar que todo está manejado por la mafia. Eso está bastante claro en varios países de Sudamérica y en casi toda Africa. El caso de Italia me preocupa mucho. Si dejan todo así, en diez años toda Europa será como Italia”, afirmó.
“El dinero es una droga dura, siempre quieres más. Por eso me parece una solución que se legalicen todas las drogas para sacar ese poder a toda esa gente peligrosa”, continuó el músico, “y además porque estoy hasta el culo de esconderme para fumar un porro”, agregó entre risas. “Cuando voy a ver un concierto, es para desahogarme, para descargar adrenalina, para olvidarme de la realidad de las cosas. Por eso la pachanga es algo vital. Yo soy un cantante pachanguero y meto en mis letras lo que me duele, pero no son panfletarias”, aclaró el francés. “Es cierto que la música sirve para difundir ideas, pero estoy un poco cansado de que se le eche toda laresponsabilidad a los músicos. ¿Qué futbolista abre el pico para decir lo que no está bien? Y ellos sí que llegan a la gente.”