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Héctor Fernández Rubio, el Efraín de las “blancas palomitas” de Señorita maestra, es Maestro de Ceremonia de la Secretaría de Cultura de la Nación, y en ese rol llegó a Puerto Iguazú para abrir oficialmente el Festival Internacional de las Tres Fronteras. Por estos días, el extraño episodio de la muerte de Siracusa (Julio Silva), acusado de entrar a robar a un kiosco, puso de nuevo al personaje que hizo famoso a Fernández Rubio frente a la cámaras de televisión real. Efraín repite que está seguro de que Cirilo y Siracusa no eran ladrones, que hubo algo muy raro en todo aquello, algo que la Justicia tiene que investigar. Fernández Rubio cuenta que después de Señorita maestra le quedaron problemas de columna, porque trabajaba muchas horas doblando la espalda para lograr verse como un portero mayor, y que las imposiciones de la dictadura sobre los guiones, con la Guerra de Malvinas, por ejemplo, le trajeron más de un problema de conciencia. Hoy no reniega de que lo sigan llamando Efraín, pero aclara que no es lo único que hizo, ni que puede hacer, y no se cansa de llamar por teléfono para pedir trabajo sin vueltas. “Cada vez que Suar me ve no me deja ir si no le hago ‘blancas palomitas’. Todo muy lindo, pero después no me da trabajo. Siento que es lo único que me valoran, y no es justo”, dice.