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Desde que “Tiempo final” apareció en la pantalla de Telefé hace tres años, hubo algo nuevo de verdad en la televisión argentina. En sus dos primeras temporadas, el ciclo se caracterizó por narrar historias de suspenso en formato unitario y desarrolladas en tiempo real, con un despliegue de figuras impresionante. Ahora, en el año de la crisis y los contados estrenos y/o reposiciones, “Tiempo...” retornará mañana a las 23 al conflictuado canal de las pelotitas, siempre con producción general de Sebastián Borensztein y dirección de Alejandro Borensztein, los hijos de Tato Bores. Si es que busca reencontrarse con el éxito de años anteriores, el ciclo deberá sortear una difícil barrera de rating: sus competidores serán “Caiga quien caiga” en Canal 13 y “Zona de Investigación” en Azul Televisión. El ciclo de Cuatro Cabezas obtuvo 24 puntos de rating el lunes pasado en su primera aparición, mientras que el periodístico basado en sus “cámaras ocultas” se mantuvo firme con dignos 9.5 puntos.
A pesar de que cada vez se ven menos unitarios en la pantalla chica, “Tiempo final” supo mantenerse bien en 2000 y 2001. El impacto en la gente se produce porque “se trata de un ciclo que tiene la particularidad de que todas las semanas empieza de vuelta. Eso es lo que hace que lo mantenga fresco”, señala Sebastián en diálogo con Página/12. “Además es una ecuación de producción muy eficiente”, agrega su hermano Alejandro. “Eso hace que también sea muy apetecible para el canal porque todas las semanas se le ponen artistas de primera línea que van rotando y cambiando. A lo largo del año pasaron cien figuras y eso es muy difícil de conseguir en otros ciclos”, explica el productor.
Si de figuras se trata, para los Borensztein el éxodo de actores y actrices no fue un impedimento a la hora de pensar en protagonistas. “Darío Grandinetti emigró y esta semana viene para hacer un capítulo con nosotros. Sbaraglia que está en España tiene una relación con nosotros desde hace mucho tiempo y en cualquier momento viene y va a grabar un unitario”, destacó Alejandro. Además, Sebastián señaló que “Alterio es un artista emigrado que el año pasado hizo un capítulo con nosotros y, seguramente, este año también va a volver a estar”. La lista de personalidades para esta tercera temporada es impactante, con sólo repasar los nombres del primer capítulo, titulado “El gourmet”: Norma Aleandro, Lito Cruz, Leonor Benedetto, Mónica Galán y Horacio Peña. Otros artistas confirmados para las próximas emisiones son Alfredo Alcón, Selva Alemán, Leticia Brédice, Alejandro Urdapilleta, Dolores Fonzi, Enrique Pinti, Gastón Pauls, María Rosa Fugazot, Cipe Lincovsky, Diego Capusotto, Florencia Peña, Gerardo Romano y sigue la lista.
–¿Qué cambios estéticos se verán esta temporada?
S.B.: –Se van a agregar episodios de época. Hay uno ambientado en 1812 durante el Virreinato del Río de la Plata. Otros estarán ambientados en 1900 y 1930. Hay varios capítulos que tienen ese tipo de ambientación. Lo demás no va a cambiar nada porque el programa tiene una esencia y una estética muy concreta que no hay necesidad de tocarla. Con estos agregados, “Tiempo final” va a estar más nutrido y la estética de época le agrega color, abre una puertita más.
A. B.: –También seguiremos introduciendo algunos capítulos con elementos sobrenaturales que ya habíamos experimentado el año pasado y algunos unitarios en tono de comedia con los que arrancamos como novedad en el primer año.
–¿Qué le aporta al suspenso la narración en tiempo real?
S. B.: –Mucha tensión, porque vos sabés que todo se va a resolver ahí. En ese lugar y en ese momento. El espectador ya sabe esto y sabe que no hay posibilidad de escaparse por la tangente. Entonces genera como un poco de opresión. Esto se transmite en tensión hacia el espectador. Y, por otra parte, lo que genera desde el punto de vista de la creación de las historias es la imposibilidad que tiene el autor de salirse del núcleo de la cosa. Porque no puede irse a otro ámbito ni puede irse a otro tiempo.
A. B.: –Digamos que estos programas nunca pueden terminar como las películas de Brian De Palma en las que la mina se despierta y era todo un sueño.
–¿Cómo se las ingenian para adaptar la psicología que encierra el suspenso al plano visual?
S. B.: –Nosotros ya tenemos una gimnasia en esto. Me cuesta contestarte en forma teórica porque hay cosas que tienen que ver con la esencia del trabajo de uno y con la cosa que está dentro de uno que no tiene por ahí, una explicación. Uno lo siente, a uno le gusta. Uno siente si está bien, si está mal, si se sostiene o no. Tiene más que ver con la intuición que con una fórmula que apliquemos.
–¿Creen que el programa tendrá mayor proyección internacional a partir de la cotización del dólar?
A. B.: –Veníamos con eso desde hace tiempo. No tiene mucho que ver con la estampida del dólar. En realidad tenemos una especie de ofensiva en el exterior sostenida que no lo evaluamos en base al dólar. Avanzamos en esto desde hace años y se dio la posibilidad en España y ahora, en Portugal. A la vez, estamos en conversaciones y acuerdos con otros países para hacer una experiencia similar.
S. B.: –Esto fue pensado así cuando nosotros armamos la empresa ya que la inauguramos en enero de 2000 y este país ya presentaba una crisis muy fuerte. Pensamos simultáneamente en hacer las cosas acá y tener una proyección internacional más allá de que tiempo después el dólar se haya disparado y se haya caído todo lo que se cayó.
–Cuando comenzó el ciclo, ustedes manifestaron el deseo de llevar algo parecido al cine. ¿Qué posibilidades existen de que se concrete?
A. B.: –Hay una película en elaboración, que justamente ahora se encuentra en proceso de preproducción. Es un proyecto que dirigió Sebastián y el protagonista es Leo (Sbaraglia). Todo parece estar encaminado para que, seguramente a fin de año, arranque.