ESPECTáCULOS
› LAS SALAS INDEPENDIENTES
Los teatros serán clubes de cultura
La nueva figura legal normalizará por seis meses el funcionamiento de la escena.
› Por Cecilia Hopkins
“Aquellos clubes que por su naturaleza hubiesen desarrollado actividades artísticas y culturales en forma exclusiva o preponderante se denominarán clubes de cultura.” Esta es la nueva figura legal bajo la cual se alinearán a partir de hoy y por un período de seis meses los denominados teatros independientes de la ciudad. Es cierto que existía una ordenanza de 1988 sobre el sector, pero considerada obsoleta por los teatristas. A esta carencia se sumaba el hecho de que el último Código de Planificación Urbana no contempla las peculiaridades de estas salas. De ahí que, ante la necesidad de hallar solución inmediata a la falta de habilitación de esos espacios, el secretario de Cultura, Gustavo López, dio a conocer ayer en conferencia de prensa las nuevas normativas de seguridad que regirán hasta tanto se elabore un proyecto de ley para el sector.
La tragedia del 30 de diciembre en República Cromañón desató una cruzada en pro de la seguridad de la que no se salvaron los teatros independientes: los inspectores salieron a verificar si se cumplían las normas de seguridad promulgadas en otras épocas, las que en general no aludían específicamente al sector y cuando sí se referían a éste era en forma contradictoria. Ese vacío legal y la clausura de las salas Belisario y Concert obligó a las autoridades a revisar la legislación existente y reformular aquella “legislación borrosa”. Una conjunción de normas antiguas e inaplicables, como admitió ayer López en la conferencia que tuvo lugar en su despacho de la Casa de la Cultura.
En diálogo con Página/12, López sostuvo que la primera reacción que produjo la tragedia de Cromañón fue el temor, y que a partir de éste acabó “prohibiéndose todo”: “Nos modificó la sensibilidad, y no nos fue fácil revertir ese miedo. Pero tenemos que admitir que a partir de ese momento hubo una resignificación respecto al tema del cuidado de las personas”.
Admitiendo esa superposición de ordenanzas y decretos fue que se resolvió “concentrar los puntos básicos en un solo cuerpo normativo”. Las nuevas disposiciones resultaron de una serie de encuentros que se mantuvieron durante 45 días entre asesores de las diferentes áreas del Gobierno de la Ciudad y una comisión que representó a ochenta salas y espacios teatrales no convencionales, además de actores, directores, dramaturgos, escenógrafos, vestuaristas y técnicos autoconvocados. Integraron esa comisión, entre otros, los actores y directores Rubén Szuchmacher, Ricardo Bartís y Roberto Castro, la actriz y directora Felisa Yeni y Norma Montenegro, a cargo del Teatro del Abasto.
Para la confección de esta normativa se contempló, en primer lugar, las características arquitectónicas de un gran número de salas. Los espacios que hoy poseen la habilitación en trámite podrán continuar con sus actividades en tanto cumplan con los requisitos mínimos especificados en los artículos 4, 5, 6 y 7 del decreto. Esto implica que la capacidad de los locales no debe exceder las 350 localidades, que los pasillos de salida deben tener como mínimo un ancho de 80 centímetros (en el caso de que cuenten con butacas fijas). Otro punto a tener en cuenta es que los pasillos de egreso deberán conducir directamente a la calle sin impedimentos de ningún tipo. Se exigirá la instalación de hasta cuatro matafuegos por cada 200 localidades y la instalación de un botiquín de primeros auxilios.
Las nuevas disposiciones de seguridad no tienen en cuenta espacios de otra magnitud: “Por el momento –sostuvo López– nos abocamos a la problemática de un sector muy dañado, sin capacidad económica, que hace a la identidad de nuestra ciudad. Hubo una decisión política de fortalecer un sector que para nosotros es muy importante”. Para reforzar su apoyo, el secretario adelantó la entrega de subsidios de hasta 10 mil pesos por sala para cubrir el gasto de las mejoras que pide la nueva legislación. Se ha designado al frente del equipo de especialistas que elaborará el nuevo proyecto al abogado Julio Raffo, quien contribuyó a la redacción de la Ley de Cine.