ESPECTáCULOS
› PIBES DE UN SECUNDARIO VIVIERON LA FIESTA DEL CINE
Una excursión para la leyenda
Todo andaba más o menos tranquilo en la proyección del film austríaco Antares, de Götz Spielmann, que sucede en un complejo de viviendas fuera de la ciudad, entre edificios comunes, con tramos aislados de verde ocasional, porteros eléctricos y ventanas anónimas. Según la trama, en ese contexto se cruzan tres parejas para nunca volver a ser las mismas. El asunto es que desde su proyección en el 20º Festival de Cine de Mar del Plata tampoco serán los mismos esos cincuenta alumnos del secundario de una escuela privada marplatense, que observaban la película junto a una profesora de arte. Apenas transcurrían los primeros minutos de la proyección, cuando aparecieron escenas de sexo casi explícito, para sorpresa de alumnos y, claro, indignación de la profe.
Todo se desmadró, entonces, con las primeras escenas eróticas de Antares, que está inscripta en la competencia oficial. La profesora puso el grito en el cielo y pidió que sacaran a los alumnos del lugar, algo que en un primer momento los chicos intentaron resistir, amparados en la oscuridad de la sala. Pero desde las tinieblas se escuchó la orden en voz alta de la docente para que sus alumnos no vieran la película. La docente había elegido la película al azar, como para mostrar cine no tradicional. Pero en Antares hay imágenes fuertes de sexo y, como se trata de un festival, las películas no están calificadas, con lo cual los menores ingresaron sin problemas.