ESPECTáCULOS › EL REQUIEM DE GUERRA DE BRITTEN
Una composición para la paz
Compuesta en 1962, para reinaugurar una catedral destruida por las bombas, esta obra será tocada hoy en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, con entrada gratuita. Dirigirá Calderón.
Por Diego Fischerman
Las vanguardias de los años cincuenta y sesenta no lo tuvieron demasiado en cuenta. Tampoco los tradicionalistas se sintieron demasiado tentados por su música, siempre demasiado ascética y demasiado perfecta. En realidad, el barón Lord Benjamin Britten, por afuera de las escuelas principales a mediados del siglo XX, conformó una estética sumamente personal, en la que una cierta reminiscencia del folklore inglés (que rara vez llegó a convertirse en cita) y, sobre todo, el afincamiento en tradiciones tan fuertemente británicas como el teatro, la canción isabelina y la particular lectura del barroco presente en el estilo de Henry Purcell, fueron el vehículo para algunas obras extraordinarias, entre ellas sus óperas La vuelta de tuerca (escrita para orquesta de cámara), Billy Budd, Muerte en Venecia, Sueño de una noche de verano y Peter Grimes, los cuartetos para cuerdas, las Suites para cello y su Réquiem de Guerra.
Escrito en 1962, para la reinauguración de la Catedral de Coventry, destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, esta obra tiene una apariencia monumental y, sin embargo, su concepción es casi camarística. Salvo en algunos momentos del Dies Irae, predominan el recogimiento y el intimismo y en el carácter de la obra mucho tiene que ver el hecho de que el texto tradicional de la misa de requiem se intercale con nueve poemas antibelicistas de Wilfred Owen, un soldado que murió a poco de finalizar la guerra. Hoy a las 20, en la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús (Vélez Sársfield 1351) y con entrada gratuita, la Secretaría de Cultura de la Nación ha organizado en Concierto por la paz, en el que podrá escucharse esta obra maestra del repertorio sinfónico vocal. Con la presencia de las Madres Línea Fundadora, Abuelas de Plaza de Mayo, miembros de Cáritas Argentina, el rabino Sergio Bergman –en representación de la comunidad judía– y representantes de otros credos, el concierto será dirigido por Pedro Ignacio Calderón y contará con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional, el Coro Polifónico Nacional, el Coro Nacional de Niños y, como solistas, el barítono Víctor Torres, la soprano Mónica Ferracani y el tenor Ricardo González Dorrego.
El concierto se repetirá el próximo viernes 10, a las 20.30, en el Auditorio de Belgrano (Virrey Loreto y Cabildo), con entradas a 10 pesos.
“Esta es una obra en que ese lenguaje que tiene Britten, siempre un poco ácido, un poco contenido, parece liberarse”, explica Calderón. “Esa continua alternancia entre los grandes grupos, el coro, la orquesta, los pequeños conjuntos instrumentales, los recitativos de los cantantes, produce un contraste notable, de gran efecto expresivo.” Patricia Da Dalt, flautista de la Sinfónica Nacional e integrante de la comisión artística de la orquesta –un grupo de músicos elegido por votación, que asesora al director, discute y participa de la programación–, en un diálogo con Página/12 caracteriza la obra como “muy teatral” y pone como ejemplo “el dúo final entre el tenor y el barítono; es impactante y, al mismo tiempo, nada grandilocuente. Es camarístico y está absolutamente logrado”. La idea de formar esta comisión artística, que integran también el concertino –Luis Roggero– y el concertino suplente –Roberto Ruskaukas–, además de otros cuatro integrantes, surgió, según el director, “de una manera natural y espontánea”. Calderón cuenta que “ya desde hace tiempo existían consultas, charlas con diversos integrantes, y siempre, a fin de año, les comentaba lo que tenía pensado para el año siguiente. Esto, poco a poco, por iniciativa de la orquesta, se cristalizó en esta comisión que tiene que ver con el deseo de formar parte de un proyecto, de colaborar y estar cerca mío para poder establecer un mejor marco a montones de cosas que tienen que ver con la programación”.