ESPECTáCULOS › MUSICA ENTREVISTA CON EL DOCUMENTALISTA DICK CARRUTHERS, EL HOMBRE QUE FILMO A TODOS
“Busco capturar la música en imágenes”
Su cámara registró giras de Los Rolling Stones, Led Zeppelin, White Stripes y The Who, entre otros. Fashion TV presenta hoy su documental sobre la grabación del último disco de Oasis. “Mi trabajo es lookear a la banda”, señala Carruthers.
Por Mariano Blejman
Dick Carruthers los filmó a todos: estuvo en el estadio de River Plate con Los Rolling Stones en 1998, cuando la bocaza de Jagger se abrió durante cinco noches en Buenos Aires; rodó con Oasis en el ’96, en el 2000 y ahora; con Portishead en el ’97, con Manic Street Preachers en el ’99, con The Who en el año 2000, hasta filmar el primer y único trabajo audiovisual que hoy se puede conseguir sobre Led Zeppelin (’03), seguido de White Stripes: Under Blackpool Lights (’04), que se vio en el último Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Hoy a las 22 podrá verse por Fashion TV en el ciclo Musicland un documental inédito de los hermanos Noel y Liam Gallagher, el baterista Zak Starkey –hijo de Ringo Starr– y Andy Bell de Oasis, sobre el proceso creativo de su último CD, Don’t Believe the Truth.
Los cuatro miembros de la banda de Manchester cuentan para su cámara cómo hicieron cada tema del disco y opinan sobre el trabajo de los demás. Hay imágenes del lugar donde fue grabado el disco, anécdotas del productor acerca del proceso de grabación y tomas en exteriores en blanco y negro. FTV completará este especial con imágenes de Oasis durante un show en vivo. Lo más curioso es que los Gallagher, famosos por sus históricas peleas públicas, se halagan mutuamente. Dirá Noel: “Cuando Liam toca tu canción quiere que de inmediato te caigas reventado en el lugar y cuando te recuperes, te claves un cuchillo en el corazón por la sorpresa”. En este disco, Liam se consagra como compositor con tres temas (Love Like a Bomb, The Meaning of Soul y Guess God Thinks I’m Abel) y durante la entrevista intentan dejan en claro que Oasis no es un dúo de divos. En fin. En exclusiva para Página/12, Dick Carruthers conversa telefónicamente, antes de filmar un próximo show de la banda en Manchester, ante 50 mil personas.
–Cuando filma a una banda en vivo, ¿se siente una especie de director de orquesta?
–Es divertido. Empecé a comienzos de los ’90. En el ’96 empecé a hacerme popular, y estuve trabajando con Oasis desde el ’95, seguí con los Rolling Stones en el ’98. Ese año fui a la Argentina, donde hice la transmisión en el estadio de River Plate. Ese estadio fue increíble, parecía que todo estaba por caerse de la emoción. También hicimos un show de televisión, creo... Bueno, en esas cinco noches maravillosas pudieron ver mi pequeño bebé. Amé Buenos Aires por su gente, por su comida, por todo. Sé que ahora los Rolling están pensando en ir de nuevo. Salen de gira en agosto, así que a lo mejor salgo con ellos.
–¿Qué hay que saber para poder filmar un show? ¿Hay diferencias entre las bandas?
–Bueno, nunca hacés lo mismo. Nunca es la misma posición de la cámara, aunque no es tan diferente cada vez. Pero sí hay que saber los requerimientos, los ángulos, desde dónde tienen que ser emitidos o de dónde no. La mayoría del tiempo, las bandas le dejan al director la decisión. Es mi trabajo, pero también consiste en hacer que las imágenes suenen bien. No necesariamente como el fotógrafo o el director. Mi trabajo es lookear a la banda, y buscar la mejor puesta.
–¿Cuál era su intención cuando se acercó a Oasis?
–Hacer un vivo con Oasis siempre es divertido. No lo dudes: siempre están locos, son una banda de rock propiamente dicha. Liam y Noel; Zak y Andy, tienen su forma de ser, y en cierta manera siempre son divertidos. Cuando filmás, tenés que estar con ellos; con muchas bandas es necesario permanecer un tiempo para que se familiaricen con mi cara. Entonces no hay nunca un solo concierto sino varios. En este caso es un documental, entonces uno tiene que estar cerca de los personajes, y la gente hace cosas distintas cuando la cámara está encendida.
–¿Su intención es desaparecer?
–Bueno, no en realidad. Si simplemente dejara la cámara, tendría un músico callado, sin hacer o decir nada, y lo que trato es de hablar con ellos. Me gusta cuando están riéndose o hablando, si estuviesen en silencio no sería lo mismo. Me gusta ser parte, soy un realizador, sé que estoy filmando algo que está pasando e influyo en sus acciones.
–Y que quedará para siempre.
–Es muy divertido, me gusta eso. Hacer historia es una cuestión fascinante, tenés una cámara y una luz en cada día, miles de personas, pero no pensás en que eso quedará para siempre. Si les das ese poder a las cosas, no filmás nada. El asunto está en pensar mucho, pero me hace reír cuando algo pasa divertido y estoy filmando un show y pongo todo eso en el film, y es tan bueno que la gente lo recordará por mucho tiempo.
–¿Cómo ve esa relación entre los hermanos Gallagher?
–Nadie puede entender la relación entre esos dos hermanos: están en la banda, se aman entre ellos. Cuando ves el documental, un DVD single, la relación parece ser cool. Pero eso puede cambiar día a día; ahora hay un show de la banda en Manchester. Los estamos grabando para Channel Four de la BBC. Habrá en el estadio 50 mil personas, así que se venderán unos 50 mil galones de cerveza. Siempre es así.
–¿Cómo fueron sus comienzos?
–Empecé grabando bandas en los ’80, haciendo televisión en la universidad. Hacíamos documentales, dramas, pero descubrí que existía este trabajo de grabar el life environment. Entendí que eso era lo que las bandas necesitaban, grandes pantallas en el escenario o gente que supiera filmarlos en la televisión. Siempre depende de la clase de banda, tenés que concentrarte, ser rápido, ser creativo.
–En el fondo, son estrellas. ¿No piden demasiadas cosas?
–Uno está experimentando con las tecnologías. Está lleno de cámaras, están las videocámaras por todos lados, pero hay que tener un fuerte conocimiento de la tecnología. Y tenés que saber cómo usarlos. El movimiento de las cámaras es importante, pero hay que hacerlo todo junto.
–¿Cómo fue la experiencia de hacer el DVD para Led Zeppelin?
–Creo que todo el mundo amó ese DVD, porque Jimmy Page se acercó un día y me dijo: “Es tiempo de hacer nuestra historia definitiva”. No querían hacer entrevistas, lo que querían era mostrar esos shows donde tocaran en vivo. Pero había un solo film hecho en los ’70, no había nada más. Realmente no tenían demasiado material, pero era algo y trabajamos con eso. Nos llevó como un año hacer la investigación, ponerlo todo en tiempo... Fue muy importante, es la historia de Led Zeppelin, es el más vendido de mis trabajos.
–¿Y hacer el trabajo de Led Zeppelin lo llevó a White Stripes?
–Sí, porque conocí a Meg White y me dijo: “Hiciste a Led Zeppelin, queremos que filmes un concierto nuestro”; y le dije que quería hacerlo en Súper 8. Pero era una locura, el Super 8 tiene treinta años, cámaras domésticas, que filman de a tres minutos, porque hay que cambiar las baterías. Así que cambiábamos las baterías y las cámaras cada tres minutos, con 80 frames por segundo. Entonces, después no concordaba con la música: la velocidad no andaba. La gente me decía que estaba loco, pero lo hicimos igual. Porque yo sabía que podíamos hacerlo, teníamos todo identificado, sabíamos qué cámara había que sincronizar. Fue un trabajo de pesadilla, pero como había gastado un año intentando sincronizar a Led Zeppelin, lo de White Stripes salió más rápido.
–¿Estas bandas van hacia un mundo audiovisual?
–Lo veo todo el tiempo. MTV es sanguinaria, cortan en cualquier lado, no les importa nada. Pero si realmente entendés de música, la escuchás, y sabés dónde están las cámaras, cuándo cortar rápido y cuándo no, lo que podés hacer es lenguaje visual. Cuando trabajé con los Who, ellos quedaron muy contentos porque decían que había capturado su manera de tocar. El estilo de rodaje es una expresión de su música. No es sólo el formato, es una herramienta que uno tiene, es la puntuación del lenguaje. Ellos usan la guitarra como lenguaje: yo uso el cine. Si sabés editar y traducir la música en imágenes, los músicos saben apreciarlo.