ESPECTáCULOS › “PRESTON PIG”, EL NUEVO DIBUJITO DE CARTOON NETWORK
La suerte de los inocentes
La señal de cable estrenó para los más chiquitos un dibujo animado que, a partir de la historia de un chanchito y un lobo, le da una vuelta de tuerca a la remanida fábula de “perseguidores y perseguidos”.
Por Oscar Ranzani
Anticipándose al recambio que generarán las vacaciones de invierno en las grillas de la programación destinadas a la teleplatea infantil, la señal Cartoon Network estrenó hoy a las 7 “Preston Pig”, un nuevo dibujo animado. El target apunta a niños menores de siete años, que podrán disfrutar de un puerquito amante del fútbol, de lunes de viernes a las 7 de la mañana, es decir, cuando sus ojos comiencen a abrirse y el día les prometa un universo de diversión audiovisual. La serie está producida por Varga y Link Entertainment y está basada en los best sellers de Colin McNaughton. El canal ofrecerá una tira de veintiséis aventuras animadas de diez minutos cada una en el espacio “Pequeño Mundo” del Cartoon.
“Preston Pig” narra las aventuras del pequeño cerdito Preston, fanático del equipo Hamchester United. Preston no tiene grandes preocupaciones y sus amigos y vecinos lo conocen por su devoción por la pelota. Pero este simpático personaje no sabe que el lobo Mister Wolf hará lo imposible para comérselo, ya que lo considera su manjar preferido. El perfil de Preston es el de un cerdito inocente, querido en todo el barrio. Mientras que Wolf, que a simple vista parece frío y calculador en la búsqueda de su objetivo, terminará quedando como un torpe que arruina la vida del vecindario. Sucede que mientras Preston realiza todo tipo de travesuras involuntarias, las consecuencias las termina pagando el malo de Wolf, a quien los vecinos culpan por las situaciones embarazosas en las que, sin que se lo proponga, queda involucrado.
Si bien “Preston Pig” coincide con la dupla Tom y Jerry o bien, con la del correcaminos y el coyote, puesto que hay un perseguidor y un perseguido, la diferencia radica en que la víctima no sabe que su victimario lo busca. Preston no tiene que hacer uso de su inteligencia para salvarse del peligro ya que, simplemente, lo ignora. Y la inocencia de sus errores se convierte en un arma poderosa que lo protege de su desconocido enemigo. Por ejemplo, Preston juega con su pelota y le pega sin querer a una policía sacándole el gorro con el pelotazo. Pero la policía lo ve a Wolf y lo reprende. En otra situación, el cerdito entra a un supermercado y tira una hilera de latas que estuvo acomodando un repositor. Pero el que queda en la escena es el lobo, que resultará golpeado por el empleado.
En “Preston Pig” no hay moraleja: el bueno le gana al malo por sus falencias y no por sus atributos. Tampoco gana “porque debe ser así” sino porque la suerte lo acompaña. El malo no pierde por su condición sino por la “mala pata” que tiene en los objetivos destructivos que se propone. Por lo tanto, el mal no es visto desde la moral sino como sinónimo de torpeza, de falta de ingenio, de pérdida de astucia. Todo esto lo hace perder a Wolf, cuando nunca es el verdadero responsable de las situaciones embarazosas que el representante del bien promueve, simplemente por su inocencia.