Una performance del actor y director Emilio García Wehbi (integrante de El Periférico) conmocionó a mediados de noviembre a algunos habitantes de Buenos Aires al ubicar estratégicamente 25 muñecos de látex que imitaban a humanos accidentados o heridos. En marzo de este año ya había impactado con una instalación fotográfica en Filo, que denominó Ensayo sobre la tristeza (“De cómo la tristeza de un muñeco, reflejada en sus ojos vidriados, o en sus oquedades, es casi más humana que la del hombre”). Pero la sorpresa no siempre surgió de trabajos provocadores. A veces, como sucedió con Copenhague, de Michael Frayn, de un montaje despojado pero tradicional en varios aspectos, incluidas, en este caso, las actuaciones de los experimentados Juan Carlos Gené, Alicia Berdaxagar y Alberto Segado, a quienes dirigió Carlos Gandolfo. La obra atrapó a pesar de su larga duración (unas dos horas y media) y de su tema, interesante pero complejo. Se convirtió en éxito de público y partió de gira por universidades y centros de estudios del país.