ESPECTáCULOS
Un festival inolvidable
Con una concurrencia estimada en más de 100.000 personas, el FIBA ofreció una programación que privilegió los espectáculos de pequeño formato –siempre más accesibles– y las propuestas vinculadas con el teatro y la danza de exploración. Los trabajos seleccionados dieron cuenta de una época de convulsión social y artística: predominaron las obras sobre seres marginados y extraviados en el tiempo (Ni sombra de lo que fuimos, por los españoles de La Zaranda); la violencia y la intolerancia (D’Avant, con dirección del español Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola y elenco multinacional); la locura y la enfermedad (Artaud erinnert sich an Hitler und das Romanische Café, por el Berliner Ensemble, y Junun –Demencias– por los tunecinos de Familia Productions); y la crueldad y el cinismo (Mosca, del Grupo Petra, de Colombia). Un clásico de la muestra fue Oh! Les beaux jours, de Samuel Beckett, con la destacada interpretación de Marilú Marini. Uno de los montajes más esperados fue la versión que sobre el Mahabharata realizó Peter Brook, que agotó sus entradas un mes antes de iniciado el Festival.