Desde siempre ligado con lo nacional y popular, Juan Carlos Gené nunca ocultó su filiación política. Pero si hoy se le pregunta sobre el particular, responde: “Hace muchos años que tomé distancia con el peronismo, un partido domesticado y convencional que no me representa. Si no me desafilié fue por falta de tiempo. Si uno analiza qué pasó con el peronismo desde que murió Perón, se da cuenta de que no existe más. Y que el partido acompañara a Menem en su segunda presidencia y hasta en el intento de un tercer mandato me parece un disparate total. En relación con el gobierno actual, tengo la misma actitud positiva y de expectativa interesada que caracteriza en general a la opinión pública en este momento. Creo que hay unas cuantas cosas que están funcionando mucho mejor, no sólo en el panorama de los derechos humanos sino también en cuanto al cambio de política económica que, si bien no es fundamental, ha sido aliviante. De manera que conservo, atento, una base de esperanza, con una especie de resabio inevitable de desconfianza por todo lo que nos ha sucedido”.